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Fiesta del Primero de Mayo

El partido de Jomeini sacó a la calle a 200.000 manifestantes en Teherán

Sin que estuviera previsto, los jomeinistas del Partido de la República Islámica lograron congregar ayer a unos 200.000 manifestantes. Hasta el mediodía del 30 de abril, sólo los sindicatos y las organizaciones de parados habían convocado a sus afiliados para participaren una gran marcha que habría de recorrer la avenida Sha Reza (hoy avenida de la Revolución).Por primera vez se celebraba en Irán el 1 de mayo. Aunque el imán Jomeini y el ministro de Trabajo habían emitido sendos comunicados, a todos los efectos la jornada siguió considerándose laborable.

Poco después de las ocho de la mañana (seis y media, hora de Madrid), las cercanías de la Universidad de Teherán estaban llenas de gente: hombres con pancartas, mujeres con chador, componentes del servicio de orden con sus brazaletes blancos, colegiales que acudían en formación a la convocatoria, vendedores de globos, fotos gigantes de Jomeini, Taleghani y Chariat-Madari... Todo -el ambiente y el escenario- recordaba a las masivas manifestaciones de antes de la revolución.

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Los simpatizantes del Partido de la Revolución Islámica, que eran mayoría, lograron monopolizar casi toda la atención. Las diversas columnas de manifestaciones tenían indicaciones precisas sobre qué eslóganes había que gritar y qué otros había que callar. «El Islam es victorioso, los infieles han sido destruidos», fue el más coreado.

Entre tanto, los grupos de la izquierda laica buscaban un hueco. En sus filas, la mayor parte de las mujeres no llevaba chador y, al contrario que las islámicas, iban codo con codo con sus correligionarios masculinos.

En una ocasión, un grupo que llevaba banderas rojas comenzó a gritar: «Muera Jomeini.» Sin embargo, ningún transeúnte se dio por aludido. «Son los comunistas», decía con desprecio un espectador, aclarando a sus vecinos posible dudas.

Entre laicos y parados, el grito que más abundaba era: «Dádnos trabajo.» También hubo una manifestación de simpatizantes del Partido Republicano del Pueblo Musulmán, que patrocina el moderado ayatollah Chariat-Madari.

Los manifestantes del Partido de la República Islámica se reunieron al final en un mitin, al que asistieron también los que formaban parte de algunas de las otras marchas minoritarias. Varios trabajadores se dirigieron a los congregados. Por último intervino el teórico económico de la revolución islámica, y hombre de confianza de Jomeini, Abul Hassan Bani-Sadr.

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