Incontrolados hieren a dos personas en San Sebastián

Un grupo de incontrolados, en el que participaba al menos un policía nacional, hirió de gravedad en la noche del sábado a Enrique Iraola, de 41 años, y al joven Jokin Guillenea Múgica, de diecisiete, que sufre lesiones de carácter reservado.

La violenta historia comenzó en la madrugada del sábado al conocerse la noticia del asesinato de tres policías en San Sebastián. Ocho hombres armados con pistolas y vestidos de paisano penetraron en el bar Bordatxo y, tras cachear a los clientes, los amenazaron con sus armas. Una persona que logró pasar inadvertida y que presenció la agresión fue a dar la voz de alarma a la plaza Iruresoro, donde se celebraba un festival popular para apoyar económicamente la construcción de una guardería. Varios de los participantes en el acto decidieron desplazarse hasta el lugar de los sucesos, adonde llegaron en el momento en que los agresores abandonaban el bar. El grupo armado, al ver acercarse al grupo de vecinos, efectuó entre quince y veinte disparos y una de las balas alcanzó en el antebrazo y penetró en el abdomen de Enrique Iraola.

Los agresores se dirigieron corriendo hacia dos automóviles que tenían estacionados en las proximidades y cinco de ellos consiguieron introducirse en un vehículo y desaparecer. Los otros tres, sin embargo, tuvieron que emprender la huida a pie al tiempo que efectuaban más disparos contra las personas que les seguían. En esta ocasión fue alcanzado por una bála, que quedó alojada en el vientre, el joven Jokin Guillenea. Más tarde los vecinos indignados por los sucesos prendieron fuego al automóvil que no pudieron utilizar los agresores y recogieron el carnet de identidad que se le cayó a uno de los incontrolados y que está expedido a favor del policía nacional José Pajarón Rodríguez, y el permiso de aparcamiento del vehículo, matrícula O-9202-I, en el acuartelamiento de Ingenieros.