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Tribuna
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Escasa actividad

El máximo interés de la pasada tanda residía en ver cómo iba a cotizar la Bolsa los resultados de las elecciones locales. Pues bien, el mercado, demostrando una vez más que desde hace algún tiempo sólo atiende a estímulos de tipo técnico, generados dentro del propio salón de contratación, o en alguno de los despachos que mantienen hilo directo con él, ni se ha inmutado. Así, hemos continuado asistiendo a una sucesión de reuniones de escaso interés, cuya nota característica ha sido el escaso volumen de negocio, mientras en las inmediaciones del parquet se respiraba un ambiente enrarecido, en el que se echaba de menos una tendencia definida. Ante estas circunstancias, el dinero se mostraba cauto, y el papel, por su parte, de unas posturas iniciales en las que intentaba hallar contrapartida en los corros, con lo que forzaba las bajas sin conseguir su último objetivo, esto es, vender, pasaba en las dos últimas sesiones a posturas expectantes, en un intento de no agudizar el mal ambiente.

Esta circunstancia era aprovechada por algunos grupos para apoyar las cotizaciones de sus valores, pues de momento la especulación aún no ha tomado un partido definido.

La atención de los habituales se centró, como casi siempre que el mercado acusa debilidad, en tres sectores concretos: bancario, eléctrico y químico, relegando el resto prácticamente al olvido.

El comportamiento del primer grupo fue irregular, y si bien el papel se ha podido apreciar a lo largo de toda la tanda, el jueves presentaba un cierre que parecía algo más entonado, para quedar en la sesión del viernes de nuevo con papel.

Los valores eléctricos acusaron una debilidad manifiesta, tras conocerse la noticia del accidente ocurrido en la central nuclear de Harrisburg, experimentando fuertes retrocesos, en algunos casos como Iberduero, el límite, máximo legal, en la sesión del martes, que se extendió a la siguiente, para resultar los dos últimos días más calmados y experimentar algún avance gracias a la retirada de papel observada.

La actividad en el sector químico se centró de nuevo en la contratación de Petróleos y Explosivos, quienes dieron evidentes pruebas de escasa consistencia, ante una oferta que en ningún momento llegó a resultar agobiante y a pesar de los apoyos que recibían ambos valores, en un intento de presentar un cierre entonado, el papel después de hora volvía a repuntar a los cambios de cierre.

Por último, señalaremos el sorprendente comportamiento de La Unión y el Fénix, valor que a los 43 puntos ganados la semana anterior suma 65 en ésta, sin que, por el momento, resulten suficientemente claros los motivos de tal comportamiento, pues aun teniendo dinero extranjero, y ser su mercado francamente reducido (no suelen contratarse más de trescientos o cuatrocientos títulos a diario), no resultan motivos suficientes para justificar esos avances, por lo que los rumores se han desatado, llegándose a hablar de importantes ampliaciones de capital, por el momento absolutamente faltas de confirmación.

El cierre semanal resultaba confuso, pues aunque el papel seguía latente, no resultaría extraño que se produjese una inteligencia entre éste y la demanda, con lo que las dos únicas sesiones del próximo ciclo resultasen sostenidas e incluso discretamente favorables.

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