Lección de marxismo
Soy un militante del Partido del Trabajo y quiero hacer patente mi enérgica protesta, ante lo que califico de penosa honestidad profesional, en lo que se refiere a su sección. No contentos con publicar cartas de militantes del FLHOC, que tergiversan la verdad de defensa de sus reivindicaciones por parte de mi partido, en período electoral, y no tener a bien publicamos la carta de respuesta que les dirigimos (y que por la vigente ley de prensa e imprenta podríamos obligarles a hacerlo, en concepto de derecho de réplica); pues bien, no contentos, publican una insidiosa carta de una tal Pilar Fernández Cortina, con la cual intentan hacemos más daño, porque, no crean ustedes que el diputado que nos «regalaron» en su encuesta preelectoral lo considero un favor, puesto que, muy al contrario, ha sido una «sutil técnica periodística» para enfrentamos con los camaradas de ORT. Y en esta misma línea publican ustedes esta carta donde se intenta ridiculizar nuestra anunciada unidad ORT-PTE. Pues, sepan ustedes, que no lo van a conseguir publicando cartas como esa, además de que es justo decir que las cosas han cambiado desde hace dos meses a esta parte, y antes se podían justificar opiniones como las aludidas a Sanroma, pero precisamente el que se hayan dado esas opiniones antes y ahora, el que Sanroma haya dicho que el PTE es un partido dirigido por una camarilla y que nada tiene que ver con el marxismo-leninismo, y ahora haya firmado la unidad con mi partido, significa una tremenda lección que muchos debieran aprender; una lección de valentía política y de aprender de las lecciones, con afán de superación de las circunstancias adversas, porque mucho significa hoy tener esa capacidad de autocrítica práctica.No enturbiarán nuestra unidad cartas como esa, porque nuestra unidad no es, como se pretende decir, una maniobra política electoralista, sino que responde a intereses y perspectivas mucho más profundas, que escapan a los «sabios» ojos de los que,ahora se llaman «euroleones».
Y si viniera Marx y lo viera, lo único que diría, sería: «Muchachos, hacéis muy bien en dar esta lección a los que practican ese culto a la personalidad y demostráis muy bien cuáles son los intereses que defendéis.» Pese a quien pese, tendría que decir que así se hace verdad el lema de los comunistas, «proletarios del mundo, uníos». Para quien ha dejado de ser comunista esto es muy difícil de ver como serio.
Sin más, reciba usted un atento saludo y mi enhorabuena, a pesar de todo, por la línea informativa de EL PAÍS, que con deficiencias co, mo la presente tiene igualmente un amplio haber de aciertos, que cada vez se desequilibrará más a su favor, si en casos como el presente tiene usted a bien dar cabida a todas las opiniones, como corresponde a la democracia.
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