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La izquierda se dispone a pactar

A excepción de los habitantes de las grandes ciudades y pueblos con tradición de lucha política y sindical, los ciudadanos andaluces no han tenido hasta ahora la sensación de que el país vivía en democracia. Centenares de poblaciones de la región han tenido que esperar hasta este 3 de abril para que, barridos los ayuntamientos del pasado, sus vecinos empiecen a notar que ya no dependen del cacique o de «los señores del ayuntamiento».Aunque las corruptelas municipales son, en la mayoría de los casos, más intuidas que demostrables, y el caciquismo adopta hoy formas que no tienen nada que ver con la literatura que conocemos, la transparencia en las cuentas y una gestión hecha de cara a los vecinos podrían ser justamente las dos esperanzas fundamentales de los andaluces ante las nuevas corporaciones. Hay confianza, en general, en que estos alcaldes y concejales no vengan «a llevarse todo lo que, puedan», y en que a partir de ahora no haya que quitarse la gorra y pedir permiso para entrar en los ayuntamientos.

Preocupación por las finanzas y el desempleo rural

Ya a nivel de fuerzas políticas de izquierda y ciudadanos politizados no se disimula la preocupación por la agonía financiera que sufren los municipios y la falta de autonomía política a que obliga la actual ley de Régimen Local. Se piensa que los ayuntamientos de mayoría progresista van a estar atados de pies y manos ante unos gobernadores civiles envalentonados por la relativa victoria del 1 de marzo y liberados de la hipoteca impuesta por el consenso. Ya se han dado casos de chantaje al electorado, argumentando la conveniencia de que su ayuntamiento consiga la protección gubernamental mediante un voto mayoritario a UCD.La preocupación se extiende también al dramático tema del desempleo rural. Conscientes de que la solución al problema requiere instrumentos superiores y a largo plazo, los concejales y alcaldes de abril se disponen a agilizar, al menos, trámites y proyectos para obtener fondos del empleo comunitario y exigir ante las autoridades provinciales su envío. Otra de las obligaciones de los ayuntamientos que votarán hoy los andaluces va a ser la puesta en marcha, exigida por el Pacto Autonómico Andaluz, del mecanismo previstó en la Constitución para pasar de la actual entelequia preautonómica a una autonomía de la que se esperan soluciones en profundidad.

Finalmente, la correlación de fuerzas que se configura en Andalucía refuerza las tendencias unitarias en el seno de la izquierda, para la que sería un verdadero suicidio llegar dividida a los plenos que deben elegir a los alcaldes. El pacto PSOE-PCE en el País Valenciano se ha seguido aquí con atención y se considera muy probable que en Andalucía cuaje un acuerdo de contenido semejante para Cerrar el paso a UCD. Medios socialistas y comunistas no descartan, además, que el PSA se disponga también a intercambiar apoyos pro alcaldías con el partido gubernamental, lo que haría más necesario un pacto de la izquierda tradicional a nivel andaluz.

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