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La huelga de celo de la EMT deja a Madrid sin cuatrocientos autobuses

La huelga de celo que comenzaron el pasado miércoles los trabajadores de la Empresa Municipal de Transporte se endureció ayer al ser seguida por la mayoría de los trabajadores, que, además de realizar su trabajo a ritmo lento, redujeron la flota de vehículos en circulación en una tercera parte al negarse a efectuar horas extraordinarias. A media tarde ayer la Delegación Provincial de Trabajo intentó mediar entre trabajadores y empresa, para llegar a una solución antes de que se produzca la anunciada huelga de diez días, a partir del próximo día 9.

El servicio de autobuses que los trabajadores de la Empresa Municipal de Transportes cubren habitualmente en horas extras quedó afectado ayer por la huelga de celo en un 80% de su capacidad, según datos facilitados a EL PAÍS por un componente del comité de huelga. Se estima que en una línea de catorce vehículos, seis circulan en régimen de horas extras, y que cada día salen a la calle unos quinientos. Según estos datos, cuatrocientos coches de la Empresa Municipal, es decir, algo menos del 33%, no habrían efectuado ayer sus servicios.Asimismo, el portavoz del comité de huelga comunicó a EL PAÍS que una amplia proporción de los trabajadores que desempeñan tareas obligatorias -el régimen de horas extras es voluntario- encerraban sus vehículos por avería, bajo el alegato de deficiencias de material.

En todo caso, los trabajadores de la Empresa Municipal de Transportes parecían decididos en la mañana de ayer a continuar la huelga de celo hasta el próximo 9 de abril y mantenían su solicitud de huelga legal entre esa fecha y la del día 19 de ese mismo mes. La huelga de celo se aplica según un riguroso cumplimiento de las normas de revisión, mantenimiento, tráfico y venta de billetes, además de la ya señalada de que los autobuses cumplen estrictamente las especificaciones mecánicas y técnicas.

Como consecuencia de esta situación, durante el día de ayer se formaron colas en todas las paradas, al tiempo que los autobuses recorrían sus itinerarios a marcha lenta. Esta falta de autobuses motivó que numerosas personas decidieron hacer auto-stop como medio de paliar la situación.

A estas medidas de presión se une la tomada por el comité de empresa, formado por representantes de CCOO, UGT y SU, que permanece encerrado desde el pasado jueves en los locales de las oficinas centrales de la empresa, situados en la calle de Alcántara. Sobre las cinco de la tarde, algunos de sus miembros se trasladaron a la Delegación Provincial de Trabajo en donde se reunieron con representantes de la empresa y con el delegado provincial de Trabajo, que se había ofrecido como mediador, con el fin de evitar que se produzca el conflicto colectivo y un posible laudo. Después de la reunión, trabajadores y empresa decidieron continuar por su cuenta las negociaciones.

Horas antes, al conocerse la repercusión que iba a tener la huelga de celo a lo largo del día, los representantes de los trabajadores pidieron disculpas, a través de las agencias informativas, por las molestias que están causando.

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Las diferencias entre las propuestas de la empresa y los trabajadores se centran en el aumento sobre la masa salarial, las horas extraordinarias, la semana laboral de cuarenta horas, las máquinas canceladoras de billetes -que podrían estar colocadas en cuatro semanas-, la amnistía laboral y las garantías sindicales.

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