El Gobierno prepara la investidura para el día 30

La más abosoluta reserva sobre la fecha de la sesión de investidura se guardaba anoche en los centros políticos capaces de poner en marcha el mecanismo para la convocatoria de la sesión: el palacio de La Zarzuela y el de las Cortes. En cambio, fuentes gubernamentales -a nivel de ministros- insistieron en el mantenimiento de lafecha del próximo viernes, día 30, y algunos partidos de oposición, como el PCE, otorgaban su placet a la fecha. Sin embargo, el hecho esperado a lo largo de toda la tarde -la visita del presidente del Congreso, Landelino Lavilla, al Rey para recibir la propuesta- no se había producido al cierre de esta edición, y fuentes solventes dudaban que se produjera anoche.

La insistencia de fuerzas parlamentarias, tanto de la izquierda -socialistas- como de la derecha -Coalición Democrática- en la exigencia de un debate previo a la votación de investidura, podría hacer reconsiderar a Unión de Centro Democrático (UCD) la conveniencia, hasta ahora mantenida, de que el acto se anticipe a la celebración de las elecciones municipales. El criterio de UCD era el que ayer reflejó el diputado Antonio Jiménez Blanco: cualquiera de las fechas es electoralista, porque si la investidura se celebra antes del 3 de abril, el electoralismo lo hacemos nosotros, y si se celebra después, determinados partidos pueden beneficiarse del hecho de que el Gobierno es todavía provisional.En, la tarde de ayer, el presidente del Congreso se reunió con el portavoz de UCD, José Pedro Pérez Llorca, quien se mostró poco locuaz con los informadores. Más tarde, el señor Lavilla recibió también a los diputados socialistas Gregorio Peces-Barba y Eduardo Martín Toval, quienes manifestaron al presidente de la Cámara la conveniencia de que se produzca debate antes de la votación de investidura. El señor Peces-Barba declaró ayer que, sin debate, la investidura se convierte en «una nominación fascista». El diputado socialista apeló a la respuesta dada por el señor Suárez a Luis Yáñez en el Consejo de Europa, en el sentido de que estaba dispuesto a un debate de la Cámara cuando la oposición lo deseara.

El señor Peces-Barba aludió también a la dignidad del Parlamento y al derecho comparado, que avala el debate previo. Al término de la entrevista con el señor Lavilla, el diputado socialista manifestó que normas como las relativas a la regulación de la investidura «deben ser elaboradas corresponsablemente». «Nos parece preocupante -añadió- que el presidente dicte normas reglamentarias per se.»

Con ser importante el efecto de la posición socialista sobre los preparativos de la investidura -tanto en cuanto a la fecha como respecto al modo de celebrarla-, en fuentes parlamentarias se atribuía anoche gran trascendencia a la visita que anoche realizó el portavoz de Coalición Democrática, Manuel Fraga, al presidente del Congreso. El hecho de que sea CD el grupo más decididamente dispuesto a apoyar con sus nueve votos la investidura de Adolfo Suárez, da especial relevancia a los argumentos del señor Fraga en pro del debate previo a la investidura.

En cualquier caso, los preparativos para la investidura seguían anoche en el palacio de la Moncloa, en donde, aunque se mantenía una exquisita discreción oficial sobre el tema, se aceleraba la preparación del discurso programático y se mantenía la seguridad de que Adolfo Suárez lo pronunciará el viernes. Asimismo, se añadía que inmediatamente después de la investidura el presidente Suárez formaría el nuevo Gabinete, en el que la hegemonía de Fernando Abril y el mantenimiento del teniente general Manuel Gutiérrez Mellado se daban por seguros.

Respecto al acto de investidura, Efe obtuvo de fuente gubernamentales el siguiente desarrollo -revisable en función de las presiones de la Oposición-: discurso del candidato a presidente del Goberno; tierripo de reflexión, de unas dos horas de duración; votación de investidura, y finalmente, explicación de voto. El desarrollo del acto será, en todo caso, estudiado hoy en la reunión que celebrará la Mesa del Congreso.