La creación de un consorcio de transportes debe ser inmediata

El pasado mes de noviembre el grupo socialista del Congreso presentó una propuesta para la creación de un consorcio de transportes, cuyo radio de acción sería Madrid y sus cercanías. La postura del Gobierno, defendida por el señor Sánchez Terán, en el sentido de que se retrasara la votación, ya que la proposición era muy parecida a un proyecto que estaba ultimando el Gobierno y que sólo variaba del socialista en cuatro puntos, fue derrotada.

Sin embargo, el trámite administrativo de la, proposición en la comisión correspondiente y la disolución de las Cortes para la elección de unos nuevos representantes motivó que esta proposición no pudiera ser desarrollada. Asimismo, y al coincidir la proposición socialista con un proyecto para la desprivatización del Metro. se pensó que lo más conveniente era la unión de ambos informes, ya que el desarrollo del primero hará variar la decisión sobre el segundo.Para el Partido Comunista de España (PCE), la reestructuración del transporte en Madrid y su área metropolitana tendría que ser planificada por una mancomunidad de municipios.

En el mes de agosto del pasado año, la Dirección General de Transportes Terrestres Regaba a la misma conclusión que los partidos al hablar de un ente que tendría a su cargo, además de los transportes públicos, las líneas de cercanías de Renfe, como una de las soluciones para intentar hacer frente a la situación caótica del transporte creada en los últimos años. El resto de las soluciones propuestas iban desde la revisión de concesiones para líneas periféricas, con una reestructuración adecuada de horarios, paradas y cabeceras, hasta la ampliación de la infraestructura viaria para dar mayor fluidez a la circulación de las carreteras de acceso a Madrid.

«Hay que crear un organismo adecuado a cada área metropolitana; en este organismo todos tendrían que delegar sus facultades y su área de acción podría ser la marcada por el cordón industrial y las ciudades dormitorio. Así se podrían solucionar muchos de los problemas con los que nos encontramos ahora, ya que, por ejemplo, nuestra Dirección General no tiene ninguna competencia en el casco urbano de Madrid, situación que llega a ser absurda», manifestó sobre este tema José Luis García López, director general de Transportes Terrestres.

Santiago Estrada, delegado de Circulación y Transportes, informó a EL PAIS que «la creación de una macroempresa que se ocupe de todo el transporte sería descabellado. Es posible que no se cree el consorcio con la intención de ser esa macroempresa, pero se corre el peligro de que se le encargue el aspecto financiero, con lo que la agrupación de funciones impediría su agilidad».

Entre los principales cometidos que tendría que realizar el consorcio, al margen de la forma en cómo se desarrolle, estarían los de planificar las, líneas de autobuses y, Metro, que en 1982 harán itinerarios idénticos; coordinar los trayectos Renfe de cercanías con los del Metro para lograr un máximo de conexiones; crear, junto con una serie de autopistas y ejes de núcleo que descarguen las vías actuales, una serie de grandes zonas-aparcamiento situadas en la periferia de la ciudad y comunicadas con unos servicios de transporte público adecuados; potenciar el uso de estos medios e intentar frenar la utilización masiva del automóvil, en especial en el centro de la capital; controlar los servicios de las actuales líneas concesionarias del Ministerio de Transportes; renovar el material existente mediante la petición de créditos estatales o de entidades bancarias y establecer un sistema tarifario y de subvenciones económicas que palie el actual déficit que tienen los servicios.

Como un intento de coordinar a todos los organismos que podrían resultar afectados por la creación del consorcio, el Consejo Superior de Transportes Terrestres creó hace un año una comisión para el estudio del transporte coordinado de cercanías. Este intento, que agrupó a los empresarios, Metro, EMT, Ayuntamiento, Diputación Provincial, Renfe, Dirección General de Carreteras y Ministerio de Transportes, trabajó, según informaron algunos de sus miembros, unos tres meses antes de que su actividad quedara paralizada.

La interrupción de los trabajos de esta comisión es excusada por algunos en la realización de una serie de proyectos que se pidieron y que estarían aún efectuándose, aunque otras fuentes dicen que la comisión dejó de funcionar «ante la lucha de intereses contrapuestos existentes y la imposibilidad de poner de acuerdo a todos los grupos interesados».