Ser periodista

Como periodista me sorprende que el presidente de la Federación de Asociaciones de la Prensa de España considere que posibilitar la entrada en los periódicos de los profesionales de la información que no tengan el título oficial constituya una lesión grave y contribuya «de forma escandalosa al paro que hoy azota a centenares de compañeros». No acierto a entender cómo el presidente de la Federación de Asociaciones de la Prensa, Luis María Ansón, se muestra tan decidido y firme partidario de la titulación universitaria de los periodistas, cuando las asociaciones de la prensa del Estado español, que en algunas poblaciones son auténticos reinos de taifas, están bien repletas de personas sin titularización universitaria que tuvieron la suerte de acogerse al plan del hoy diputado de Coalición Democrática, y antes ministro de Información y Turismo, Manuel Fraga, por el que se regalaba el carnet oficial a aquellas personas que llevaban un tiempo determinado en las redacciones de los periódicos. Convendría recordar, además, que en algunas asociaciones de la prensa el nexo de unión entre los asociados es esa cantidad de dinero que perciben a final de año como resultante de los beneficios obtenidos por las respectivas Hojas del Lunes.Convendría también recordar a Luis María Ansón que no basta ser licenciado en Ciencias de la Informacion o periodista, y además trabajar en un medio de comunicación social, para ingresar en una asociación de la prensa y, como botón de muestra, está el caso de Pamplona. Y no se puede decir que las asociaciones de la prensa, en abstracto, están a favor de la libertad, cuestión que en absoluto pongo en duda, cuando tienen el monopolio para editar las Hojas del Lunes, en las que, con frecuencia, trabajan los mismos informadores que en los periódicos de la localidad. De esa forma, al parecer, se contribuye a paliar el creciente paro de los periodistas.

Pero, además, y hablo a título personal, la persona que después de sufrir cinco años en la facultad de Ciencias de la Información obtiene la titulación oficial, no dudo que, a efectos legales, sea periodista, pero también es, en la mayoría de los casos, un perfecto ignorante en la elaboración y tratamiento de las cuestiones informativas, cuando no del propio medio en el que va a trabajar. Es evidente que debe haber una asociación profesional de titulados, que no debe ser necesariamente la Asociación de la Prensa, de la misma manera, que es conveniente que haya uniones de periodistas y asociaciones de periodistas deportivos que aglutinen a todos los infonnadores, titulados o no, que vivan de la profesión, independientemente de que presten sus servicios en la prensa diaria, semanal, agencias, radio o TVE. Pero sin monopolios exclusivistas ni favoritismos de ningún género.

Licenciado en Ciencias de la Información, rama periodismo