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Carrillo había informado previamente a Gutiérrez de sus críticas al PSUC

Las críticas efectuadas por el secretario general del Partido Comunista de España (PCE), Santiago Carrillo, a determinados aspectos de la política del PSUC contaban con el consentimiento y la aprobación de Antonio Gutiérrez, secretario general de los comunistas catalanes, según declaró a EL PAIS Santiago Carrillo.«Toda esta polémica levantada por la prensa en torno a un supuesto enfrentamiento entre el PCE y el PSUC -señaló el secretario del PCE- es falsa, tan falsa que antes de que yo expusiera el tema públicamente había mantenido una conversación previa con Antonio Gutiérrez, quien lo consideró positivo y conveniente.» Tales declaraciones de Santiago Carrillo se contradicen con la oleada de protestas que sus críticas al PSUC ha despertado entre los miembros de este partido en Cataluña. Por otra parte, cabe destacar que Antonio Gutiérrez, en el mitin ofrecido el pasado lunes en Barcelona ante cuatrocientas personas, manifestó que había mantenido en el comité ejecutivo del PCE una postura diferente a la de Carrillo y que había pedido que sus opiniones fueran dadas a conocer.

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El secretario del PSUC aprovecha la polémica con el PCE para limar diferencias internas

El secretario del PCE, en el discurso de apertura de la reunión del Comité Central, pronunciado el pasado sábado en Madrid, realizó una serie de observaciones a los comunistas de Cataluña, única zona del Estado español en la que el PCE ha perdido votos (el 1,1%). Entre los posibles fallos, Carrillo se preguntó si el PSUC no había retrocedido en aceptación popular por haber antepuesto un comunismo catalán al estatal, si no habría sido incorrecta la forma de negociar determinados convenios colectivos y si la polémica entre leninistas y banderas blancas habría dificultado la introducción de los comunistas en la clase obrera.

Estas afirmaciones de Santiago Carrillo fueron acogidas con «disgusto y estupor» por la dirección del PSUC, donde calificaron sus palabras como «una intromisión inadmisible y altamente inoportuna en plena campaña de elecciones municipales». Uno de los miembros de la ejecutiva del PSUC, Jordi Borja, autor de una contestación crítica a los comentarios de Carrillo, manifestó el pasado domingo a la prensa de Barcelona su deseo de estudiar a fondo el informe del Comité Central, pues sólo conocía las declaraciones de su secretario general, a través de la prensa.

En la noche del lunes, Jordi Borja apareció en Madrid sentado a la izquierda de Santiago Carrillo, con motivo de la presentación del libro,de Ramón Tamames Cambiar Madrid, Jordi Borja aseguró que su viaje a Madrid no tenía otro objetivo que contactar con los responsables municipales, dado que él es el responsable de la política municipal en Cataluña. Sin embargo, un dirigente comunista manifestó a EL PAIS que la presencia de Borja en Madrid obedecía a la polémica PCE-PSUC y que éste había sido llamado por Santiago Carrillo.

Jordi Borja, por su parte, restó importancia a las observaciones de Carrillo y dijo que estas cosas eran normales en un partido vivo. Se reafirmó, no obstante, en la tesis de que los intereses de Cataluña deben estar siempre por delante en el PSUC y señaló que si no hubiesen centrado su interés durante la campaña electoral en las aspiraciones autonómicas de los catalanes y sus problemas concretos, habrían sacado aún menos votos, y tal vez habrían perdido algún escaño.

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Respecto a la negociación de los convenios a los que aludía el secretario general comunista, Borja explicó que, sin duda, se refería al textil y al metal. «La actitud conflictiva de CCOO nos ha hecho perder votos entre la clase media catalana -explicó-, pero de ningún modo podíamos abandonar los intereses obreros frente a una patronal inflexible y chantajista.»

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