Los clubs se plantearán la posibilidad de sancionar a los jugadores

Tras la insólita jornada que vivió el pasado fin de semana el fútbol español, a consecuencia de la huelga de los jugadores de Primera, Segunda y Segunda B, la situación ha entrado en un corto compás de espera. La reunión que mantendrán hoy los presidentes de los clubs afectados por el paro de futbolistas delimitará los futuros acontecimientos.

Ante la reunión de hoy, algunos presidentes han abogado por imprimir una línea «dura» contra los huelguistas -el del Español, Meler, entre ellos-. Otros, como es el caso del madridista Luis de Carlos, han señalado la necesidad de adoptar una línea de cordura y sensatez que favorezca un posterior diálogo con seriedad. Los futbolistas, por su parte, aguardan los acontecimientos de hoy y plantean asimismo la conveniencia de un nuevo diálogo con los clubs, aunque, eso sí, con el proyecto de ordenanza laboral sobre el tapete negociador. A la espera de la posibilidad de sanciones para los jugadores, la disyuntiva se centra en la discusión de la prioridad de las normas deportivas -postura de los asesores jurídicos federativos-, o de las laborales en materia de contratos -posición que mantienen los asesores de la AFE-, que plantearán cualquier sanción que se llegue a producir ante Magistratura de Trabajo, con lo que será ésta en definitiva quien se pronuncie de forma taxativa sobre la legalidad o ilegalidad de la huelga llevada a efecto por los jugadores.Una tercera posición que podría estudiarse hoy en la reunión de presidentes sería la de dejar las cosas por el momento como están y aplicar posibles sanciones al finalizar la temporada.

La ordenanza laboral, punto clave

Como ya informó EL PAIS el pasado sábado, el proyecto de ordenanza laboral que dio a conocer de forma particular el abogado Cabrera Bazán constituye el punto esencial sobre el que la Asociación de Futbolistas planteará las negociaciones de un convenio colectivo con los clubs. La AFE espera iniciarlas a partir de este momento, o en su defecto, en breve plazo. La Federación, en nota emitida a la opinión pública, señala en su apartado séptimo: «Al no haber avenencia en la confección de una ordenanza laboral del futbolista, ésta debe dictarla el Consejo de Ministros, a propuesta del Ministerio de Trabajo, oído el de Cultura.»

Lo que no señala la nota federativa es que ese proyecto de ordenanza, según manifestó públicamente el director general de Trabajo, en septiembre, vería la luz en tres meses, es decir, antes del comienzo del nuevo año Tampoco especifica la nota de la Federación de clubs que dicho proyecto obra en la «estación» federativa desde hace tiempo y como reconoció Porta, perjudica notoriamente a los clubs. Según todo ello, la solución federativa que, al parecer, apoya lo establecido actualmente, es la de que no exista un plazo legal para «soltarla», y por tanto para que pueda ser aprobada en su día. Los futbolistas están dispuestos a ceder buena parte de las prerrogativa que se les conceden en dicho proyecto de ordenanza, pero no quieren esperar por más tiempo planteamientos federativos sin soluciones concretas, como la señalada, y que sólo propician situaciones tensas. La huelga ha sido un ejemplo.

Por otro lado, Porta, como presidente federativo, ha manifestado que lleva tres años intentando modificar los estatutos. Sin embargo, la posibilidad de sancionar a los jugadores se hará en base al reglamento federativo, o también utilizando el propio contrato entre el club y el jugador, en el que una de sus cláusulas dice: « Las dos partes se someten a la decisión de los organismos deportivos a cuya disciplina están sujetos, para que resuelvan extrajudicial mente cuantas cuestiones puedan derivarse del incumplimiento del mismo.... con renuncia expresa a la jurisdicción de toda otra autoridad o tribunal y a cualquier otro derecho o procedimiento que no sean los establecidos en los reglamentos de la Federación Española de Fútbol.» Los futbolistas, pues, según este apartado, no podrían acudir a la jurisdicción laboral. Los asesores de la AFE, mantienen, por su parte, la tesis contraria.