España no existe
Mando encender la chimenea y los candelabros, mando dar fiesta en casa, no sé si para celebrar la democracia o un cumpleaños, y he aquí que me encuentro con que España no existe.Larra me lo preguntaba en el Café del Príncipe, con aquella manera suya de preguntar, que cada interrogación era una pistola en pie:
-¿Dónde está la España?
España no existe, señor, le contesto hoy, cuando Casi le doblo ya la edad, su edad de muerto por España. La España no existe porque, tras la euforia electoral de derechas, el amigo vasco me recuerda, en mi cena del rey Baltasar (que se siente uno por dentro cuando lleva unos años cenando regularmente),
que Herri Batasuna ha sacado unos votos, ha explicado muertes con urnas, metralletas con votos, sangre con palabras.
La España no existe. El galaico me llora en un rincón:
-Somos un millón de emigrantes los gallegos, y no lloramos, o lloramos para adentro, y no matamos gente como ésos, y sufrimos.
Vamos a ver mi amiga, la periodista catalana; vamos a ver mi amigo el actor catalán, que he pagado una cena y debo transformar la factura en una crónica, en pura economía del dandismo periodístico de Larra (quienes me han encargado una antología de Fígaro me tienen metido en sus lecturas, relecturas):
-Recibo cartas -digo a los catalanes, olvidando al vizcaíno quejándose de la imposición del catalán, el mal trato que se les da, lo que allí pasa, desde el poeta profesor al albañil.
-Tenemos tantas cartas como ésas, pero en contra -dice la bella catalana blanca.
-Tenemos nuestro idioma., nuestro pleito -díceme el gran actor.
Y Norberto nos habla del gaélico, lengua de hombres llevar, que a la guerra no los lleva nadie, y mi gallego fuma, compungido, y mi querido vizcaíno brama, flamea con la victoria de Herri Batasuna, como cuando el Atlético de Bilbao se llevaba la Copa del Generalísimo y los bilbainicos arrasaban amistosamente con el vino y la paz de una comarca vencida.
-No existe la España- concluyo, antes de que se maten, respondiendo no a ellos, sino a mi santo Larra.
Escucha, Suárez; escucha, presidente: no,existe la España. Y Ortega, que era un Larra educado en los periódicos, con más letras y menos romanticismo, nos dice así de lo que nuestros abuelos llamaban la cuestión catalana:
-Lo substancial y consubstancial del problema catalán es eso: seguir siendo problema.
O sea, que ya veía Ortega que la España no tiene solución. Mal hecha por Isabel la Primera, contrahecha en provincias burocráticas por Isabel la Segunda, dos mujeres de buena voluntad se obstinaron en coser España, con voluntad de imperio o de provincia. Mas la España no existe. La política de Franco consistió en ignorar eso. En trabajar con o contra España como si España existiera.
¿Y qué hacemos ahora?
La bella catalana, mi amigo catalán, cruzan su parla provenzal sobre mis manteles. El buen gallego fuma triste y listo. El vizcaíno habla de una guerra que me suena a carlista, siendo, queriendo ser, puro marxismo. ¿Carlista de don Carlos Marx? Mejor que no han venido andaluces, valencianos, canarios. Mayor economía en la.cocina, menos disputa en lá mesa. Escucha, amigo Suárez, presidente: has conseguido gobernar la España, pero la España no existe. Mueren los dioses lares en la chimenea. Muere la llama en las botellas y la inspiración en las velas. La derecha impone España, y entonces es el caos. La izquierda tiene mejor salida: por encima de, las patrias está el hombre explotado. Unámonos en eso, contra ello. Es la gran solución, presidente: que se hace España al andar. Mas la España, ¿no existe? Hubieras visto mi cena, presidente.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.
Archivado En
Últimas noticias
PP y Vox suprimen la comisión LGTBI al reformar el reglamento de Les Corts Valencianes
El otro gran caso de empleo a cambio de sexo en una Diputación gallega: del amparo total a Baltar a la dimisión de Tomé
El proyecto de una fábrica de componentes de baterías en Sallent con 285 millones de inversión decae tras una decisión de Trump
Salvador Illa asegura que “hoy nada permite concluir” que la peste porcina proceda de un laboratorio
Lo más visto
- Elon Musk, más cerca de ser el primer hombre en alcanzar una fortuna de un billón de dólares
- El Gobierno de Mazón pagó 107 millones de euros más a Ribera Salud al aumentar su aportación por ciudadano
- La población de pumas de la Patagonia se dispara gracias a una presa inesperada: los pingüinos
- El Supremo ordena al ex fiscal general el pago de la multa y la indemnización a la pareja de Ayuso que le impuso al condenarle
- Víctor Manuel, músico: “El capital tiene que rectificar, nunca pensé que fueran a ser tan voraces”




























































