Polémica en torno a la expulsión de militantes de CCOO en FASA-Renault

La expulsión de seis militantes de CCOO, vinculados al Movimiento Comunista, a raíz de la huelga de FASA (véase EL PAIS del 25 de febrero), ha dado lugar a una gran polémica en la mencionada central. Los expulsados, que pretenden por todos los medios volver a CCOO, han recibido en los últimos días varios comunicados de adhesión fechados en diferentes lugares de España.

Para la sección sindical de CCOO, en la fábrica pamplonica de Onena «la decisión es antiestatutaria y arbitraria, y va contra la democracia en CCOO».En términos similares se expresa la sección sindical de Motor Ibérica, que además solicita la readmisión de los expulsados.

Para la sección sindical de Westinghouse en Valladolid, «la sanción entorpece el camino hacia el sindicalismo unitario y sólo sirve para debilitar a las propias Comisiones Obreras y a su imagen ante los trabajadores, a la vez que contribuye al proceso de desafiliación en FASA».

Seis miembros de la comisión ejecutiva de CCOO de la madera de Valladolid indican en su comunicado que «decisiones de tanta importancia sólo las debe tomar la asamblea de afiliados, sobre todo teniendo en cuenta que algunos de los expulsados no eran miembros del consejo sindical de FASA.

Por su parte, los expulsados han enviado una carta a Julián Ariza, cabeza de candidatura al Congreso por el PCE en Valladolid en las pasadas elecciones generales, en la que afirman que «tenemos gran interés en comentar contigo lo sucedido, porque creemos que en el proceso sancionatorio ha prevalecido la precipitación y no se han valorado suficientemente las consecuencias y repercusiones negativas que van a tener sobre CCOO en FASA nuestras expulsiones».