_
_
_
_
_

Ultima oportunidad para la Diputación y la afición de Madrid

La Diputación Provincial decidirá posiblemente mañana si acepta o no la prórroga solicitada por Diodoro Canorea para depositar la fianza de 33 millones de pesetas a que le obliga su condición de ganador de la subasta de Las Ventas. Si la acepta, imaginamos el aluvión de impugnaciones que producirán los restantes licitadores. Si no la acepta, habrá de decidir inmediatamente una fórmula para que la temporada madrileña no se vea gravemente lesionada, pues Canorea quedará eliminado como empresario.

Si este último supuesto se produce, la Diputación tendrá una oportunidad de oro para intentar corregir un cúmulo de errores y la afición madrileña la posibilidad de que se le garantice una temporada de plenitud en cuanto a festejos y calidad de los mismos.Es cierto que la Diputación Provincial debe procurar sacarle la máxima rentabilidad a su plaza de toros, pero no puede exprimir sus posibilidades hasta el punto de hipotecar la buena marcha de la fiesta para el futuro. Un dinero excesivo exigido hoy podría deteriorar el espectáculo y convertirlo en negocio ruinoso en un plazo de muy pocos años.

En el caso de que haya nueva subasta, y sobre todo si se decide la adjudicación directa, la Diputación está en condiciones de exigir a la nueva empresa,, aparte de prestaciones económicas, un programa de tal forma concebido que pueda satisfacer a los aficionados y al tiempo promocionar la fiesta. Está, además, obligada moralmente a hacerlo así, pues prácticamente tiene el monopolio de este espectáculo en Madrid, por antiquísimas disposiciones que prohiben la construcción de otra plaza en un amplio círculo, cuyo centro es Las Ventas.

Operación delicada

La adjudicación directa es una operación muy delicada, que quizá de pie a diversas suspicacias, pero apenas tendrán relevancia (o incluso no se producirán) si la Diputación asegura la fiesta espléndida que los madrileños quieren y no han podido tener en muchos años.

A partir de las municipales tendremos una Corporación nueva y la saliente hará a ésta un gran servicio si le deja en marcha (por tanto, en pleno ensayo) la nueva fórmula, cuya vigencia podría ser tan sólo para la presente temporada. Y, a la vista de los resultados, habría una opción más para decidir qué se debe hacer con el coso en 1980 y temporadas sucesivas.

Las actuales zozobras no se pueden repetir. Nunca, que recordemos, ha habido tanta desconsideración para la afición de Madrid. Estamos a 5 de marzo y nadie sabe cuándo empezará la temporada ni en qué va a consistir. Jamás había ocurrido algo así.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_