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Bajos índices de divorcio en la Unión Soviética

En la Unión Soviética se registran al año casi 35 divorcios por cada 10.000 habitantes y, dado que anualmente se celebran de dos a dos millones y medio de matrimonios, apenas se llega a quince divorcios por cada mil matrimonios. A pesar de que estas cifras son bajas en relación con otros países, el número de divorcios en la Unión Soviética ha crecido durante los diez últimos años.

Un tercio de estos divorcios corresponde, según las investigaciones sociológicas, a matrimonios que han durado menos de un año, y otro tercio, a matrimonios que han durado entre uno a cinco años, lo cual demuestra que el divorcio se da, sobre todo, en parejas jóvenes.Entre las causas que pueden señalarse como determinantes de estos divorcios, el sociólogo soviético Victor Perevedentsev ha señalado a la agencia Novosti que los mismos se deben a que se contrae matrimonio más temprano, dado que también los jóvenes adquieren antes la independencia

El sociólogo soviético cree, sin embargo, que la raíz última de estás causas se encuentra en los cambios radicales que se han operado en el seno de las familias soviéticas. «La proclamación en la URSS, hace algo más de sesenta años, de la igualdad de derechos entre hombres y mujeres en todas las esferas de la vida condujo a que cambiara radicalmente la situación social de la mujer y a que ésta lograra una auténtica emancipación.»

Esta emancipación de la mujer ha provocado en gran parte el paso de una familia patriarcal a otra bitrarcal, es decir, aquella en la que ya no es sólo el esposo quien tiene los derechos, sino que son los padres; el paso de la familia con muchos hijos a la familia con pocos hijos, y el paso de la gran familia formada por varias generaciones al núcleo familiar constituido por la pareja y los hijos.

No hay que olvidar que las mujeres soviéticas ocupan la mitad de todos los puestos laborales en la economía nacional, y por igual trabajo reciben igual salario que los hombres, de tal manera que la mujer sostiene a la familia lo mismo que el hombre. Todas ellas están bien instruidas, por lo que no es extraño que el aumento de los divorcios coincida con el rápido ascenso de la instrucción de los jóvenes.

El sociólogo Victor Perevedentsev cree que el divorcio se adopta como solución a las contradicciones surgidas en una pareja, en la que el marido, a pesar de la instrucción y el alto sueldo de su mujer, se empeña en mantener el estatus de superioridad y pretende que su mujer continúe con las cargas de las labores domésticas.

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