Los agricultores franceses, contra la importación de cerdos belgas y holandeses
Desde el pasado domingo a media tarde, una serie de pasos fronterizos entre Bélgica y Francia se encuentran bloqueados por unos doscientos ganaderos franceses, bretones en particular, que impiden todo paso de cerdos criados en Bélgica y Holanda y exportados al mercado francés. Esta «guerra de los cerdos» entre franceses y belgas nace a raíz de las diferencias de precios entre las producciones de carne porcina en cada país. Se agrava, además, por los mecanismos agromonetarios del Mercado Común agrícola (impuestos compensatorios), que para mantener una igualdad de mercado, a pesar de las diferencias monetarias entre los países de la CEE, subvenciona las exportaciones de países con monedas fuertes, caso de Bélgica, y tasa las exportaciones de países con monedas débiles, como ocurre con Francia, cuya divisa se ha devaluado en varias ocasiones estos últimos años.Los agricultores franceses quieren dar la batalla y sensibilizar a los ministros de Agricultura de la CEE, que se reunirán en Consejo los próximos lunes y martes en Bruselas, para que pongan fin a las subvenciones para la exportación de cerdos de origen belga y holandés hacia Francia. Otro punto de competencia que favorece a los ganaderos belgas es la posibilidad de abastecerse en el mercado internacional de soja -producto no sometido a la estricta política agrícola común de la CEE- con divisas fuertes.
En 1977, la CEE produjo casi nueve millones de toneladas de carne porcina. Actualmente cuenta con 72 millones de cabezas de ganado porcino, de las cuales hay once millones en Francia y cinco, en Bélgica. La «guerra de los cerdos» beneficiará, por lo menos, a los habitantes de la zona fronteriza, si logran capturar las decenas de animales que fueron liberados de varios camiones belgas, holandeses, alemanes y daneses.
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