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El "pacto" salarial británico, amenazado por nuevas huelgas

Una huelga parcial de funcionarios alteró ayer completamente sectores clave de la Administración pública británica y estranguló las comunicaciones aéreas y marítimas.Las veinticuatro horas de paro a que convocaron dos grandes sindicatos a sus casi 300.000 afiliados son un anticipo de «acciones selectivas» futuras en reivindicación de mejoras salariales, que amenazan el «pacto» concluido hace unos días entre el Gobierno y los sindicatos.

La huelga de funcionarios, que el Gobierno ha intentado detener sin éxito, se suma al revés recibido por el primer ministro tras el rechazo, por más de medio millón de trabajadores dependientes de las autoridades locales, del aumento salarial del 9%. La oposición conservadora ha puesto inmediatamente en la picota la validez del «pacto» firmado días atrás entre el partido gobernante y los sindicatos, del que se esperaba un inmediato apaciguamiento de las tensiones laborales.

Aunque siete de los sindicatos que engloban a los funcionarios no participan en la huelga, sus efectos han llegado a todas partes; desde dificultades en las comunicaciones diplomáticas «congeladas» por el personal que envía, codifica y descifra los mensajes que unen el Foreign Office con el mundo, hasta la paralización de algunos de los servicios gubernamentales controlados por computadores, como el que maneja el impuesto sobre el valor añadido. El Ministerio de Defensa puso en marcha un programa de emergencia para mantener en uso sus ordenadores electrónicos con «información estratégica» o militar.

La presencia de aduaneros en aeropuertos y puertos se redujo al mínimo imprescindible. En Heathrow y Gatwick numerosos vuelos fueron cancelados y otros sufrieron retrasos de varias horas. Otro tanto sucedió con los transbordadores que enlazan la isla con el continente. Los líderes de ambos sindicatos de funcionarios consideran las pasadas veinticuatro horas exclusivamente como un ejercicio de «puesta a punto». En los próximos días, y en tanto el Gobierno no anuncie hasta dónde está dispuesto a llegar en su subida de sueldo, las acciones de huelga se concentrarán en departamentos y servicios especialmente elegidos por su repercusión pública.

En el otro frente de disputa laboral, el de los trabajadores dependientes de las autoridades locales, prosiguen las negociaciones para acabar una huelga que dura más de un, mes y que ha dislocado escuelas, hospitales y servicios comunitarios esenciales. Una reunión de tres horas entre el secretario general de los sindicatos, Len Murray, y la plana mayor de los representantes de los trabajadores no condujo ayer a ningún resultado aparente. El 9% rechazado por el comité ejecutivo del sindicato más militante -600.000 miembros concentrados fundamentalmente en hospitales, que exigen un salario básico semanal de 8.500 pesetas- será sometido ahora a consulta individual y sus resultados no le esperan hasta la primera semana del mes proximo.

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