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A partir del martes, dos huelgas en la construcción de Madrid

Dos huelgas, coincidentes en el tiempo y diferenciadas en sus motivaciones, han sido convocadas a partir del martes próximo en la construcción de Madrid, que cuenta con 120.000 trabajadores, por CCOO y UGT. Las dos centrales mayoritarias, que habían fusionado sus respectivos anteproyectos de convenio en los días previos al inicio de las deliberaciones «para presentar un frente común a la patronal», se encuentran en estos momentos -al mes y medio de negociaciones- absolutamente divorciadas.

La Unión General de Trabajadores, en contraste con las anteriores movilizaciones (huelga del 11 de enero y llamamiento a un paro -posteriormente desconvocado- para los días 24 y 25 del mismo mes), convocó unilateralmente, sin el apoyo de CCOO, una huelga para los próximos días 20, 21 y 22 de febrero. El llamamiento (véase EL PAIS del miércoles) fue realizado por UGT «ante los escasos avances en la negociación del convenio», «por la negativa de la patronal a que los sindicatos participen en el control de los rendimientos y de las subcontratas» y por la postura de los empresarios con respecto a los incrementos salariales.La división que se traslucía ya entre las dos centrales con la convocatoria en solitario de UGT al paro se confirmó al día siguiente con la expulsión de la central socialista de las negociaciones. La central socialista se negó a discutir el tema de los rendimientos, en tanto que CCOO aceptó deliberar los planteamientos del empresariado. La patronal, ante la actitud de UGT, expuso al presidente de las deliberaciones que no estaba dispuesta a que continuaran los representantes socialistas como meros espectadores en la negociación, ya que entendían que ello sólo podía contribuir a dificultar la consecución de acuerdos. Esta postura, asumida también por CCOO, según UGT (extremo que niegan los dirigentes de CCOO: «Nosotros no expulsamos a nadie»), determinó la salida del sindicato socialista de las negociaciones.

Completando la rápida sucesión de acontecimientos, dos días después del llamamiento ugetista a la huelga y tan sólo un día después de la expulsión de esta central de las negociaciones, CCOO, tras una asamblea de delegados, acuerda también hacer su propia convocatoria de huelga. Las fechas previstas son las mismas de UGT, aunque CCOO extiende el paro a un día más, al día 23. Los motivos de este llamamiento al paro, según fuentes de CCOO, se centran en la negativa de la patronal a negociar los derechos sindicales y en la cuantía de incremento salarial ofertada por los empresarios (10% sobre tabla salarial, frente al 16% sobre masa salarial reivindicado por los trabajadores).

En las negociaciones del miércoles, entre CCOO y la patronal, se avanzó en el tema de las tablas de rendimiento que, según el sindicato, serán controladas por los delegados y no podrán ser modificadas con relación al salario, sino con respecto al grado de mecanización y a las condiciones de trabajo. Sobre las subcontratas, siempre según CCOO, se llegó al acuerdo de que los delegados controlen el que los trabajadores de las mismas estén dados de alta en la Seguridad Social. También se pactó una reducción de jornada anual, que queda fijada en 1.994 horas (35 menos que en el metal), y pedir formalmente al Parlamento que se anticipe la jubilación a los 63 años, acordando entre tanto una subvención a la jubilación anticipada de dos a seis mensualidades.

UGT y CCOO, acusaciones mutuas

Para la central socialista, CCOO ha roto la postura unitaria de las dos centrales y ha pactado con la patronal. Acusa también a CCOO de participar en su expulsión de las negociaciones y se muestra pesimista sobre los resultados del convenio («la patronal sólo quiere aumentar los rendimientos a cambio de una miseria en los incrementos salariales»), que cree terminará en laudo.CCOO, por su parte, acusa a UGT de electoralismo, tanto en la convocatoria de huelga («pretendían que fuera a un tiempo en varias provincias») como en su intransigencia en la mesa de negociaciones.

Sorpresa patronal

El presidente de la Asociación de Empresarios de la Construcción de Madrid (Aecom), señor Aguirre Bellver, manifestó a EL PAIS -al conocer por este diario la convocatoria de huelga de CCOO- que no se explicaba la actitud de este sindicato, máxime cuando las negociaciones no se habían interrumpido (la sesión anterior terminó a las 5.30 de la madrugada de ayer) y la próxima reunión precisamente está prevista para el martes, fecha del inicio de la huelga. Manifestó que en anteriores ocasiones habían interrumpido las negociaciones, al convocarse huelgas, y que en el caso de la anunciada por UGT («central que se ha autoexcluido de las negociaciones; no es cierto -como dicen- que la hayamos echado») no habían tomado medidas porque estimaban que iba a tener escaso seguimiento. «Tengo que ponerme en contacto con la ejecutiva de Aecom para ver la postura que adoptamos ante el llamamiento de CCOO.»El señor Aguirre Bellver negó que la jornada de 1.994 horas supusiera reducciones sensibles de jornada. Manifestó que UGT, al pretender que el control del rendimiento estuviera a cargo de los sindicatos y no de los comités de empresa, intentaba que se reconocieran de forma indirecta las secciones sindicales, y asimismo manifestó que no había ningún acuerdo sobre jubilación («la jubilación legalmente es voluntaria a los 65 años»).

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