Los funcionarios del Ayuntamiento irán a la huelga la próxima semana

Los funcionarios municipales irán a la huelga los próximos días 20 y 21, como medida de presión para que las autoridades del Ayuntamiento concedan la mayor parte de las peticiones salariales sociales y sindicales, realizadas hace varias semanas por los representantes de las centrales sindicales. La decisión de ir al paro durante los citados días fue discutida en el curso de una asamblea general que se celebró ayer en el pabellón del Ministerio de la Vivienda de la Feria del Campo y en la que se trató el momento especial por el que pasa la Administración Local. Esta situación centrada, según manifestaron algunos representantes sindicales a EL PAIS, en el vacío producido por la interinidad del alcalde y por el inminente cese de algunos concejales y delegados, «sirve de Acusa para retrasar totalmente cualquier negociación sobre nuestras peticiones, pero no impide que se traten temas que por su importancia también tendrían que ser paralizados».Según los representantes sindicales, «la subida que proponen las autoridades municipales se limita a un aumento del sueldo base, no de la masa salarial, que en definitiva sólo sube un 7%. Los niveles 3 y 4, que son los más bajos y que agrupan a un 80% de los trabajadores, sólo tendrán así una subida de 3.000 pesetas de aumento bruto al mes y el nivel más alto, el diez, no pasará de un aumento de 6.500 pesetas».

Los funcionarios municipales piden «por lo menos que se suba un 10% de la masa salarial como se ha hecho con los trabajadores del Ayuntamiento de Barcelona».

Ante la oposición de la Corporación, las centrales sindicales Comisiones Obreras, Unión General de Trabajadores, Unión Sindical Obrera y Sindicato Unitario decidieron llamar a los trabajadores o un paro, «ya que si se quisiera podrían resolver, aun dentro de esta etapa de interinidad, muchos de los problemas no sólo económico sino también sociales y sindicales que no van a impedir la gestión de los futuros representantes de al Corporación».

La huelga planteada intenta realizarse a nivel general con la única exclusión de los trabajadores de Cementerios, que se limitarán realizar trabajos de enterramiento bomberos que harán las salidas de urgencia; empleados de Matadero que centrarán su trabajo en evitar durante esos días un desabastecimiento de carne y conductores y empleados de ambulancias que se mantendrán en sus puestos para la salidas de urgencia. A diferencia de ocasiones anteriores se intentará asimismo, que el personal de oficinas y los miembros de la Policía Municipal se sumen a la huelga «aunque haya que dejar a una parte de este cuerpo al cuidado de la zonas más conflictivas para que Madrid no sufra un caos circulatorio».