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Sangrienta guerra civil en Chad

Desde el lunes último una auténtica guerra civil sangrienta (no se conoce con exactitud el elevado número de muertos) se desarrolla en Jamena, capital de Chad (Africa). Las fuerzas nacionales del presidente Félix Mallum se enfrentan con las del primer ministro, Hissene Habre.Los 2.000 soldados franceses estacionados, en parte, en la misma capital han recibido órdenes de mantenerse al margen del conflicto, aunque permanecen en estado de alerta. París, según declaró ayer el portavoz del palacio del Elíseo, desea «no tomar posición» ante el conflicto que enfrenta al presidente y al primer ministro de su antigua colonia.

Esta nueva etapa del «drama del Chad» significa el fracaso de la política de reconciliación, nacional iniciada hace ocho meses con la incorporación del antiguo jefe de los rebeldes tubús, señor Habre, a las tareas gubernamentales como primer ministro.

La historia de Chad, desde que accedió a la independencia en 1960, es una sucesión de episodios dramáticos protagonizados por la rivalidad entre etnias, religiones y los hombres que las representan. El Gobierno central está en manos del general Mallum, con quien se identifican las poblaciones del sur del país. Las del norte ven en Hissene Habre su encarnación. Y, además, el centro-norte y el este de Chad están controlados por el Frolinat (Frente de Liberación Nacional de Chad), que, a su vez, está dividido en dos tendencias por lo menos.

El señor Habre, que se hizo célebre en el mundo hace cuatro años con el secuestro de la etnóloga francesa Françoise Claustre, líder a principios de los años 70 de los rebeldes tubús del Frolinat, entró en la legalidad hace ocho meses, al aceptar el puesto de jefe del Gobierno.

Las autoridades de París, en aquellos momentos, no dudaron en afirmar que la alianza Mallum-Habre era «la primera etapa de la reconciliación nacional». Los hechos demostraron inmediatamente lo contrario. El maridaje entre el antiguo rebelde y el presidente oficial se ha traducido por, una guerrilla continua entre los dos hombres para controlar los puestos importantes, con el fin, por parte de cada uno, de aniquilar al otro.

El desenlace es esta nueva guerra civil, que, en apariencia, sólo ha sorprendido a la antigua metrópoli: pocas horas antes de que se desencadenara la contienda, el domingo último, al retornar de su visita oficial a Camerún, el presidente francés, Valery Giscard d'Estaing, aseguró que «los conflictos africanos se orientan hacia soluciones políticas».

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Las fuerzas en presencia son las siguientes: 11.000 hombres del Ejército Nacional, más 3.000 policías. Las fuerzas del Norte, favorables a Habre, ascienden a mil hombres. El Frolinat, 5.000 hombres y luego los 2.000 soldados franceses.

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