El "escándalo Moro" parece desinflarse
El propio senador democristiano Vittorio Cervone fue quien reconoció definitivamente, ayer, que Pasquale Frezza, 44 años, originario de Basilicata, la región más pobre de Italia, fue el presunto brigadista que se ofreció el pasado verano para colaborar en el desenmascaramiento de los asesinos de Aldo Moro. Se trata de un conocido mitómano y estafador, que fue detenido el lunes. De esta manera el caso más desconcertante de la política italiana de las últimas semanas parece desinflarse.
Frezza -que prefiere que le llamen Pascal- fue detenido el lunes por la noche en Bordighera, cerca de la frontera francesa en Liguria. No es la primera vez que va a la cárcel por estafa. Ya hace años «vendió» revelaciones «explosivas» sobre un caso judicial que apasionó a la Italia de entonces. También estuvo recluido en un sanatorio para enfermos mentales. Es, pues, un mitómano conocido por la policía y las redacciones de los periódicos.
En su pasado no falta tampoco una historia política: se presentó ,como candidato del Partido Radical al Senado en las elecciones de 1976 y han sido los propios radicales quienes le han denunciado.
Aunque el asunto parece formalmente concluido, aún quedan algunos interrogantes sin aclarar. Por ejemplo, Ernesto Vglione, el periodista de Radio Montecarlo, actualmente encarcelado, que sirvió de intermediario con el «brigadista», se niega a contestar preguntas, ya sea sobre la identidad del «brigadista arrepentido», o sobre la cinta grabada con las explosivas declaraciones del presunto terrorista que hizo escuchar al senador Cervone y cuyo paradero se desconoce. «Tengo miedo», es la única respuesta que da al magistrado que le interroga.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.