"Italia tiene derecho a estar informada de lo que está ocurriendo"
Gianluigi Melega, 45 años, es considerado en, Italia un «periodista de choque». Sus revelaciones publicadas ésta semana por el semanario L'Espresso son, hasta el momento, la última «bomba» lanzada por Melega, habituado a provocar casi siempre con sus artículos las más vivas reacciones políticas.Siendo ya radactor jefe del semanario Panorama, luego jefe de la sección de política nacional del diario Repubblica, después director del L'Europeo, y actualmente redactor jefe de L'Espresso, a Melega, se deben, en el curso de los últimos diez años, una serie de investigaciones «explosivas» que han revelado aspectos ocultos de los casos políticos y que, a veces como por ejemplo la historia de los bienes económicos de la familia Leone, contribuyó a la dimisión de un presidente de la República,
No muy alto, rostro inteligente, el cabello plateado, Gianluigi Melega no se siente como un periodista típico del «cuarto poder»: «Es ridículo usar esta expresión. ¿Por qué hago investigaciones tan arriesgadas y lanzo afirmaciones tan difíciles de probar? Primero porque el trabajo me resulta así más interesante. Después por deber cívico.»
Pregunta. ¿Cuál es el papel de la prensa en una situación política complicada como la italiana?
Respuesta. La situación política, objetivamente complicada de por sí, lo es aún más por la carencia de una verdadera prensa independiente. El papel de esta, resulta por tanto fundamental cuando busca y publica la verdad sobre aquellos casos que son, de un lado, fruto, y, por otro, complicaciones ulteriores de la vida política y social del país.
P. En el caso Moro se ha hablado, incluso, de la necesidad del silencio de una parte de los periódicos. En general, y en este supuesto concreto, ¿puede servir el black out?
R. Mientras Moro vivía y había esperanzas de salvarlo, el no dar todas las noticias podía aún estar justificado. Ahora, cualquier restricción de este tipo, a menos que tenga una importancia fundamental para las investigaciones en curso, no tiene sentido. El País tiene derecho a estar al corriente de todo lo que está ocurriendo, sobre todo de aquellos sucesos producidos en los momentos más dramáticos, de cómo se toman ciertas decisiones.
P. Algunos dicen que las noticias le «llegan», en vez de ser usted el que las busca. Incluso la suposición de que alguna persona tenía interés en que las revelaciones se produjesen precisamente en la situación actual, ha sido insinuada por algunos.
R. Fueron necesarios por lo menos dos meses para averiguar, punto por punto, la historia del encuentro entre el brigadista y el parlamentario democratacristiano. Ha sido publicada, no en el momento idóneo, sino cuando ha sido posible hacerlo, porque absolutamente todo había sido comprobado. Nadie puede desmentir un sólo detalle de lo revelado. En este sentido, hasta a mí me ha sorprendido la gran conmoción que el artículo suscitó entre la clase política italiana. En cuanto a la noticia, nada viene por si sola. Todo fue buscado y probado.
P. El caso Lockheed, el de la familia Leone, siempre es la misma motivación -la información- ¿Qué es lo que impulsa al periodista en sus indagaciones.
R. Para el caso Leone existió el componente de la irritación. La querella contra Camila Cederna, autora de un libro bien documentado sobre la familia Leone, era tan sólo una manifestación de impudicia. Era necesaria una investigación que probase la. evasión fiscal, los intereses privados de toda una familia en el poder. En cuanto a la Lockheed, el caso es más complicado, porque aquello que puede llevar a cabo, la justicia, los indicios del periodista no lo permiten. Por otra parte, las implicaciones son tan profundas que se vuelven siempre a los mismos nombres.
P. ¿Cuál es el «blanco» que ahora busca como investigación?
R. Las conexiones del terrorismo en varios países europeos. La más consistente, a mi juicio, es la que existe entre los terroristas italianos y los españoles. No se puede decir, de momento, cuál es el grado de unión para no caer en la política-ficción. Ciertamente la unión existe y es más económica que política.
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