Ante las elecciones españolas

«(...) Lo que enfureció a los partidos a quienes se redujo el tiempo de su intervención en la televisión y en la radio no ha sido que el Gobierno dicte un decreto, probablemente necesario, para evitar un exceso de propaganda política en los medios de comunicación, sino que ha dejado a los grupos pequeños que presenten sus candidatura, según las reglas anteriores, y, a continuación, las hayan sustituido por otras nuevas.Todavía están más indignados por la reacción de sus antiguos compañeros de oposición a Franco. Los comunistas definieron el decreto como una solución equilibrada. Los socialistas no dijeron nada. Todo esto cae como maná del cielo para la derecha. Sobre todo, da la impresión de que el-Gobierno y la oposición de izquierda confeccionan las reglas del juego resolviendo el problema más difícil de la derecha, después de la muerte de Franco: ofrecer una nueva, creíble y popular imagen de su programa. (...)

En el caso de la extrema derecha, ésta consiste en la vuelta al franquismo. En el caso de los políticos agrupados en torno a Manuel Fraga implica el establecimiento de un Gobierno duro, de ley y de orden.

No es sorprendente, pues, que Suárez considere que la amenaza principal viene de la derecha y por esta razón obligó a dar un giro a su partido, UCD. En otoño, cuando la UCD celebró su primer congreso, el primer ministro se esforzó en congraciarse a la izquierda.

Sin embargo, en las últimas semanas colocó a la cabeza de las listas de su partido en Madrid a las figuras más conservadoras.

7 febrero