El superior de una orden religiosa condenado por antiabortista

Por primera vez desde que el Parlamento aprobó la ley que despenaliza el aborto en Italia, un tribunal ha condenado a un antiabortista. Se trata del religioso padre Onorio Tosini, superior provincial de la orden de San Juan de Dios y director del hospital San José, de Milán. El tribunal ha dictado una condena, ayer, de cuatro meses y diez días y al resarcimiento de los daños a las partes civiles, tras ser considerado culpable de «intento de violencia privada» sobre los médicos del hospital.

El padre Tosini, tras la aprobación de la ley que permite la objeción de conciencia en materia de aborto a los médicos católicos por motivos religiosos, escribió una carta-diktat a todos los médicos del hospital incitándoles a la objeción de conciencia. En resumen, la carta decía: «U objetáis o seréis despedidos.»Los médicos se rebelaron ante, esto y denunciaron el hecho a la Magistratura. Hubo entonces todo tipo de presiones para que no se llegase al proceso. Pero esta vez el religioso topó con un juez que no se dejó amilanar: una joven señora que acaba de empezar su carrera judicial, Eugenia del Balzo. Durante el juicio, incluso médicos objetores han confesado que en aquel hospital se hace carrera según la discrecionalidad de la dirección, que decide «según simpatías».

El hospital de San José es un centro dirigido por religiosos, pero está encuadrado en el plan regional, y recibe subvención del Estado. Por eso, los jueces afirmaron que el director de un hospital público no sólo no puede incitar a la objeción o amenazar a quienes no aceptan la objeción de conciencia, sino que tiene la obligación de organizar el hospital, de modo que a pesar de los objetores de conciencia haya espacio para que se puedan realizar los abortos legales. Se trata de un hospital que tiene la responsabilidad civil de 70.000 ciudadanos de la zona.

Lo que más ha molestado al tribunal fue el hecho de que el religioso se negó a estar presente en el debate en la sala. Tampoco se presentó en el momento de la sentencia.

La condena del padre Tosini, para quien había pedido el fiscal siete meses de cárcel, es casi simbólica y probablemente no irá a la cárcel.

Sin embargo, los observadores consideran la sentencia como muy significativa, ya que abre un camino nuevo a favor de la nueva legislación sobre el aborto y, sobre todo, sobre la ambigüedad que se va creando en Italia con los institutos sociales y públicos dirigidos por religiosos, sin someterse plenamente a las leyes del Estado.

Por eso, el magistrado que ha condenado al sacerdote ha abierto una encuesta judicial sobre la aplicación de la legislación del aborto en todos los hospitales de Milán.

En este sentido, la sentencia y la condena del primer anti-divorcista es importante. Hasta ahora, en Italia iban a la cárcel sólo las mujeres y los médicos que practicaban el aborto. Ahora podrán empezar a ser condenados quienes se oponen sin motivos justificados (que deben ser sólo religiosos) a que la ley pueda producir los frutos que deseó el legislador: empezar a resolver la plaga de los abortos clandestinos que enriqueció a tantos médicos y discriminaba sólo a las mujeres pobres, muchas de las cuales perdieron la vida inútilmente.