Los presupuestos de 1979 se aprobarán por la Diputación elegida en las municipales
La Diputación Provincial de Madrid acordó en su pleno de ayer prorrogar provisionalmente los presupuestos de 1978, y dejar así en suspenso la aprobación de los presupuestos del año en curso hasta que se hayan celebrado las elecciones municipales. De esta forma, será la nueva Diputación Provincial quien reparta los fondos disponibles, según sus propios criterios. Esta decisión se basa en una orden del Ministerio del Interior a las diputaciones provinciales, para evitar que las nuevas corporaciones electas encuentren sus posibilidades de actuación encorsetadas por los criterios de los diputados salientes.En la rueda de prensa celebrada a continuación del pleno, Enrique Castellanos, casi seguro candidato de UCD a las municipales y presidente actual de la Diputación, informó de que la permuta del hospital de Maudes por la residencia de ancianos de Navalcarnero y doscientos millones en metálico no podrá efectuarse. Un informe del Ministerio de Sanidad zanjó la polémica suscitada estos meses atrás, al dictaminar que no es posible la permuta de bienes entre entidades privadas y públicas. Respecto a la situación económica de la Diputación, el señor Castellanos informó que este último año se ha llevado una política de no endeudamiento, y que sólo se pidieron créditos al Banco de Crédito Local por valor de unos mil millones de pesetas. En total, la Diputación está compro metida con la citada entidad bancaria en una cifra aproximada de seis mil millones, a pagar en plazos de quince a veinte años.
En la rueda de prensa se suscitó el tema de la subsistencia de la Diputación como tal en caso que Madrid no se incluya en la región castellano-manchega y se configure como provincia aislada, regida por un Gobierno metropolitano. El señor Castellanos estuvo de acuerdo en que, en el ámbito de una sola provincia, sería absurdo que coexistieran los dos organismos. «O el Gobierno metropolitano asume las funciones de la Diputación, además de las suyas propias -dijo- o la Diputación se convierte en el Gobierno metropolitano.»
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