Cuarenta y cinco grados bajo cero en Moscú
Anoche en Moscú la temperatura alcanzó 45 grados bajo cero. La URSS vive el invierno más crudo del siglo. Sólo se recuerdan otros parecidos, más benignos, sin embargo, en los años 1915 y 1939. Las temperaturas están diecisiete grados por debajo de lo habitual en esta época del año. Gran parte del país sufre, desde mediados de diciembre, la ola de frío, que ha alcanzado su grado máximo en la noche del 30 al 31 de diciembre. Moscú alcanzó ayer la mínima temperatura registrada en los últimos cien años; a las ocho de la noche, el termómetro marcaba ya 38 grados bajo cero. Desde Moscú, informa .
Las bajas temperaturas del invierno ruso las ha sentido este corresponsal en su propia salud. Después de dieciséis meses de estancia en la Unión Soviética y de presumir de haber estado en Siberia y en el Artico, al final, la fuerte temperatura de Moscú me obligó a mantenerme bien arropado durante varios días en la cama. Al notar cierta mejoría y levantarme anteanoche para cenar, durante diez minutos se quedó semiabierta una ventana del dormitorio. Al regresar, un vaso de agua mineral que había quedado sobre la mesilla de noche estaba totalmente congelado y el cristal a punto de quebrarse.La situación ayer en la ciudad ha sido especial. La circulación disminuyó en más de un 70%. Solamente autobuses, camiones, coches oficiales y taxis circulan por las calles casi abandonadas.
Las escenas entre los automovilistas particulares son semejantes. Quién ha conseguido mantener el coche sin helarse durante la noche. En las zonas residenciales de los extranjeros han aparecido unos serenos que se preocupan, por unos cuantos rubios, de mantener los coches a punto. Ayudan a los que se quedan sin batería. Los problemas surgen cuando se ha helado el depósito de la gasolina.
Los soviéticos, propietarios de coches, son más prácticos y, desde hace quince días, han aparcado convenientemente. Algunos los han encerrado en garajes ocasionales y los más los han llevado hasta los aparcamientos especialmente vigilados, donde seguirán hasta que las temperaturas sean más benignas y puedan hacer uso, sin problemas, de ellos. En diversas zonas de aparcamientos de autobuses y camiones, ya no nos sorprende comprobar que para poner los vehículos en marcha, colocan una especie de hoguera debajo del motor. Al final, consiguen ponerlos en marcha. Por toda la ciudad se pueden ver vehículos abandonados.
En Letonia la semana pasada se asombraron cuando el termómetro marcaba menos veinte. En Jurmala hemos recorrido varios metros de mar adentro sobre un Báltico que hacía más de medio siglo no se había helado. Las temperaturas han penetrado el norte y, desde Murkmans, la península de Kola, Leningrado, Países Bálticos y Ucrania, la máxima es de 17 a 20 bajo cero. El mínimo se ha dado en diciembre en Yakutia, donde han llegado hace varios días a los 48 grados bajo cero. Los pronósticos para Moscú son pesimistas y en los próximos tres días no parece que habrá variación. En enero, después de una leve mejoría volverá la ola de frío y se desconoce hasta dónde hará bajarla temperatura.
Por el contrario, mientras Crimea soporta ocho grados bajo cero, temperatura insólita para esta región, el frío no ha llegado a la parte subtropical y en Tadzjikia se disfruta de un clima primaveral, con dieciocho grados bajo cero.
Los problemas del frío en la Unión Soviética están resueltos, hasta cierto punto. Norma general es que cierren los colegios para los niños menores de diez años y el consejo de que éstos no salgan de sus casas en prevención de enfermedades. En la mayoría de las viviendas y edificios comunales funciona la calefacción central. En previsión de los caprichos del tiempo, en Moscú se mantienen especiales depósitos subterráneos con las necesarias reservas de combustibles para las centrales de calefacción.
El gas llega a la capital de la URSS a través de largos gaseoductos desde el Asia Central y otras regiones de la Unión Soviética. El suministro de calor se realiza por las líneas subterráneas de la capital a través de 5.000 kilómetros, lo que supone el sistema de calefacción centralizada más grande de cualquier ciudad del mundo.
En las viviendas, los sistemas de calefacción están ajustados de modo que durante las veinticuatro horas se mantenga constante la temperatura correspondiente a las normas recomendadas por los médicos, veinte grados. Sin embargo, en estos días, nuestras habitaciones mantienen una temperatura entre los dieciséis y los dieciocho grados.
Calefacción barata
El pago de la calefacción no supone un excesivo gasto para los soviéticos. En los pequeños apartamentos para un matrimonio con dos hijos, que suele constar de un dormitorio, salón y cocina, pagan rublo y medio al mes, alrededor de doscientas pesetas, cantidad insignificante, sin que se tenga en cuenta la cantidad de calor consumido, ya que no existe contador alguno. El problema suele surgir cuando se estropea la calefacción y donde la espera del especialista en reparaciones suele ser lenta.
Cualquier invierno en la Unión Soviética, y mucho más este que estamos sufriendo, quiere decir ventiscas y montones de nieve. La pregunta suele ser: ¿Cómo se limpia de nieve las ciudades? ¿Se paraliza el tráfico? Refiriéndonos a Moscú, diremos que la temporada invernal suele dar una altura a la capa de nieve que llegaría a los 170 centímetros de altura. Tan sólo la superficie total de la parte transitable de las calles, avenidas y plazas de Moscú constituye más de 56 millones de metros cuadrados. El servicio municipal es realmente eficaz, y no ha variado en estas duras semanas, donde niveladoras automotrices, cargadoras automáticas y quitanieves rotatorias dejan perfectamente limpias la mayoría de las calzadas y aceras de esta gran ciudad. A lo largo del actual invierno se han previsto que se quiten de las calles de Moscú más de cuarenta millones de metros cúbicos de nieve, que se depositan en unos vertederos en las afueras y se lanzan a los ríos que atraviesan la ciudad. Para ello se invierten unos trece millones de rublos.
Otros países
La ola de frío no sólo afecta a la Unión Soviética. En Gran Bretaña, Escocia se encontraba ayer sábado prácticamente incomunicada con Inglaterra, a causa del temporal de nieve que cortó la mayoría de las carreteras escocesas. En muchos puntos de Escocia siguen las operaciones de rescate de vehículos aprisionados por la nieve o de personas y animales en caseríos aislados que quedaron casi sepultados.
En el norte de Inglaterra, principalmente en el condado de York, las inundaciones por lluvias torrenciales han dejado a varios miles de personas sin vivienda, ya que tuvieron que evacuar sus casas.
Una catastrófica nevada y fuertes huracanes provocaron inundaciones y paralizaron el tráfico en el norte de Alemania Federal en la madrugada de ayer. Más de ochenta localidades del Estado de Schleswig-Holstein quedaron sin electricidad ni agua corriente a causa de la repentina helada.
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