Sacar un libro

A mí me parece que los claros clarines que invitan e incitan a la huelga han estado muy oportunos concentrando diversas huelgas de servicios públicos en navidades y aledaños, pues esto siempre alivia y rebaja un poco el clima de turrón, postal, purpurina, jijona, champán que beben los famosísimos, cartas, recuerdos, felicitaciones niños, perros, ternurismo, telemusicales, garciadelavegas y misas del gallo en general. Un respiro.Hay que inventarse un estatuto todos los años, tíos, una reivindicación, una cosa, algo, para corregir la euforia navideña mediante la praxis sindical, porque si no es que vamos a morirnos todos de felicidad y pavo-pavo. Me llama una señorita de Alfaguara, o sea Ymelda Navajo:

-Que nos hagas algo sobre Henry Miller, anda, hombre.

-No, amor, que saco un libro mío y ya está bien de hacerme la competencia a mí mismo. Me llama Paco Ynduraín: «Que quiero tu original para mi cátedra». Me llama una señorita de la tele:

-Que queremos que venga a hablarnos de su libro sobre Gómez de la Serna.

-¿Pero no están ustedes en huelga?

-Yo estoy aquí bajo telegrama- dice la señorita.

-Pues como yo no estoy bajo telegrama,señorita, gracias por el favor y la publicidad, pero no voy a traicionar la huelga de unos currantes por anunciar mi libro.

-Me parece que tiene usted mucho miedo.

-Sí, y cuando me llaman para anunciar champanes, bancos, cafés y arces y potties también estoy lleno de miedo, pese a los millones que adelantan, porque decía Larra -¿ha oído usted hablar de Larra?- que el escritor no tiene más riqueza que su firma, y no voy a poner la mía a un champán, si se la puedo poner a La fenomenología del Espíritu, que tampoco puedo, porque ya se la puso Hegel, pero me parece que me estoy bifurcando, o sea que perdone el vacile, señorita, amor.

Presenté el libro en la Casa del Libro, que es la de Fermín Vargas, en un Madrid ramoniano con greguerías de nieve, porque primero había pensado presentarlo en la casa-museo de Ramón, mas resulta que Alvarez/Vaguada o quizá ex Arespacochaga han envuelto en cartonajes todo Ramón y sus cosas y lo han metido en las carboneras municipales con los gigantones.

En cambio ya le están haciendo la placa de la calle en plástico, a Ramón, para que no sea menos que Ridruejo. Este Ayuntamiento mira mucho por la cultura. Me llamó Carmen Rigalt para la cosa de su columna:

-¿Y cómo va a ir la gente a tu acto con tanta nieve?

-En trineos tirados por los perros de la prensa.

Y Diego Jesús Jiménez, poeta:

-Que vamos a sacar lo de Ramón en Mundo Obrero.

-Pero si Ramón era de derechas, tronco. A ver si os vais a pasar, chelis.

Pilar Brabo ha dicho en el Siglo XXI que el eurocomunismo es la respuesta a la crisis del capitalismo. A lo mejor la respuesta al capitalismo se la van a dar en greguerías.

Yo lo que quiero es que Martín Ferrand me saque por la tele hablando de Ramón en la tienda de Margarita Sanz, barrio de Maravillas, barrio de Rosa Chacel y de Ramón, establecimiento que ha durado lo que el siglo y desde el que doña Margarita lo ha visto todo a través de sus gatos de Angora y sus canarios de Canarias:

-Todo, caballero, desde el perro que paseaba Galdós hasta la moza que se cayó el año pasado del monumento a Daoíz y Velarde.

Yo creo que vio incluso morir de amor a Manolita Malasaña, planchadora patriota del Dos de Mayo. Anuncia duchas para canarios y rizado para perros. Hay que editar un libro en navidades como el que edita una barra de turrón de almendra: para contribuir a la con fusión general, la alegría de casa regional y el cirio de las huelgas, que son como las verbenas de la democracia. Un desmadre.