Defensa de Jardiel

Como profesora de literatura española contemporánea y habiendo leído la réplica que el escritor y biógrafo de Jardiel Poncela hizo días pasados a la crítica de Enrique Llovet en EL PAIS, quiero añadir que Rafael Flórez se quedó corto, al menos en lo publicado por dicho diario (que pudiera haberse titulado «Jardiel no era ni fácil ni difícil, sino todo lo contrario»), ya que tanto en su biografía Mío Jardiel como en otro libro de estudio sobre el fenómeno literario de Jardiel Poncela, Rafael Flórez aborda con decisión todo lo que el crítico Enrique Llovet resuelve con cuatro palabras equivocas: «Hombre admirable y áspero, de obra fácil y trato difícil.» Jardiel ha sido y sigue siendo víctima de juicios superfíciales por la crítica en general, cuando fue un precursor, un adelantado de su tiempo y, por lo que se ve actualmente en escenarios y críticas de prensa y de libros especializados, sigue siendo un adelantado. Lástima que su teatro no pueda representarse por sus montajes y larga nómina. Y por ello, Adolfo Marsillach debíera programarlo en su Centro Dramático Nacional y bajo la dirección de Fernando Fernán-Gómez, con mayor acierto que lo de ¡Abre el ojo!, de Rojas Zorrilla. E incluso escribiendo el propio Fernán Gómez (otro gran conocedor de Jardiel) una exposición si tuacional parecida a la que han hecho Bibaltúa y Alvaro del Amo para la última obra de Alberti en el María Guerrero. Creo que ya hubo un intento de espectáculo Jardiel, antología de divulgación, promo vida por Justo Alonso.Jardiel Póncela bien merece ser conocido y gozado por tanto y tanto desconocedor de su talla.