El periodista nace o se hace

Hace casi dos semanas aparecía en las páginas de este diario un estudio sobre la crisis que atraviesa la prensa en España. Como estudiantes de cuarto de periodismo me interesa señalar las deficiencias de la formación que recibimos en nuestras facultades de Ciencias de la Información, gracias a las cuales al cabo de cinco años de carrera estamos perfectamente dotados para no hacer nada.Cuando se elevó periodismo (y las otras ramas de ciencias de la información) a la categoría de carrera universitaria se hizo con el propósito de elevar el nivel de preparación que daban las escuelas. Pero el hecho de dar las clases en un edificio que se llama «facultad» no eleva el nivel, que depende de la seriedad y acierto con que se lleven a cabo los planes de estudio. Dejando a un lado el problema de si hay o no profesores para dar las asignaturas y el de los pocos días que hay clases en algunas facultades, nuestra carrera nos da a conocer durante tres años una serie de contenidos más o menos humanísticos, con una profundidad (más bien lo contrario) que depende exclusivamente de la persona del profesor, y sin ningún tipo de cohexión interna. En los dos últimos años experimentamos el interesante fenómeno de la «inflación» de las asignaturas, como sucede con la información cuando no hay nada lo suficientemente importante. Y, sin embargo, somos conscientes de que ignoramos casi todo lo que nos gustaría saber.

En definitiva, quien sabe algo de periodismo es porque ha trabajado en algún periódico. Y, si esto es así, ¿para qué las facultades de Ciencias de la Información?