Los sindicatos alemanes centran sus reivindicaciones en la reducción de Jornada
Mientras en la industria del hierro y el acero de Renania-Westfalia, Bremen y Osnabrueck continúa el movimiento huelguístico por la reducción del horario semanal de trabajo, los sindicatos de los servicios públicos y el transporte anunciaron en esta capital sus reivindicaciones para el próximo año: reajustes de un 6,5% y un aumento del período de vacaciones.
De esta manera se van delineando las características del cuadro laboral de los próximos meses. A fines de abril de 1979 habrán vencido los convenios colectivos de 14,3 millones de trabajadores de la República Federal de Alemania.Junto a las tradicionales peticiones de aumento efectivo de los salarios, que oscilan entre un cinco y un 7%, la reducción del horario de trabajo vuelve a ser planteada como uno de los grandes objetivos del movimiento obrero alemán.
Precisamente esta reivindicación, exigida por los 230.000 trabajadores de la industria del acero de la zona de mayor concentración industrial de Alemania Federal, es la que encuentra mayor resistencia en los empresarios, que han respondido con el cierre o lock-out parcial a las huelgas, también parciales, de los trabajadores.
El conflicto ya abarca a casi 70.000 trabajadores: 40.000 llamados a la huelga por la directiva de la poderosa Federación Ig Metall y 29.000 afectados por el cierre empresarial.
En opinión de los empresarios, la reducción de las actuales cuarenta horas semanales de trabajo a 35 significaría la ruina de la industria, siderúrgica alemana, que ya no podría competir en el mercado internacional por los elevados costos de la mano de obra.
En cambio, los sindicatos plantean la reducción gradual del horario como la única salida posible al creciente problema de la pérdida de puestos de trabajo como producto de la «racionalización».
La oferta empresarial de aumentar el período de vacaciones a seis semanas -lo que representa aproximadamente tres días más anuales de descanso para cada trabajador- es rechazada por los representantes laborales con el argumento de que el aumento de las vacaciones ha sido compensado tradicionalmente con horas extraordinarias de trabajo. «No se trata de obtener un par de horas más de descanso en Mallorca, sino de conservar nuestros puestos de trabajo», señaló el dirigente de la Ig Metall de Essen, Kurt Herb.
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