El proceso contra Jeremy Thorpe, en su fase decisiva
El «caso Thorpe» llega mañana en Gran Bretaña a la que parece ser su etapa decisiva. Ante tres magistrados de un pequeño poblado del norte de Londres se reanuda este lunes la fase inicial del proceso judicial iniciado contra Jeremy Thorpe, 49 años, ex líder del Partido Liberal británico y todavía diputado en los Comunes. Después de luchar durante casi año y medio por su supervivencia política, Thorpe tendrá que luchar ahora para librarse el resto de su vida de la cárcel. Todo depende de si prospera la acusación cursada por un fiscal de su majestad la reina de que el ex jefe liberal intentó asesinar a su ex amante, un bello ex modelo masculino que ahora se dedica a preparar caballos de carreras.
Si durante más de diez años fue su «amante», Jeremy Thorpe verá mañana a Norman Scott, de 37 años, al otro lado de la relación sentimental. Al ex modelo masculino le han quedado muy pocas ganas de defender al que durante diez años fue uno de los hombres más influyentes de Gran Bretaña, después que otro ex parlamentario liberal, Peter Bessell, relatara hace días ante los tres magistrados y toda la prensa mundial que Thorpe, su ex amigo íntimo, conspiró junto a otras tres personas la mejor manera de «deshacerse» de Scott y tratar de evitar así un escándalo que ya ha truncado la vida política y privada de más de una persona.La historia del mayor escándalo político-sexual que ha vivido Gran Bretaña desde los tiempos de Enrique VIII comenzó en 1961 en una pequeña casa de las afueras de Londres. El que entonces tenía por delante una brillante carrera política conoció por casualidad al joven Scott, de veintiún años, quien todavía vivía con su madre. Según relata ahora Norman, el diputado liberal le «sedujo» amparándose en su aureola política y de poder. Durante años, ambos mantuvieron una relación estrecha de tipo sentimental y sexual, que llevó a Thorpe a alquilar una casa cercana al Parlamento, donde ambos «se veían y hacían el amor» casi diariamente.
En 1976, sin embargo, todo esto cambió. Molesto quizá por la aparición de nuevos elementos en la relación, el ex modelo denunció ante la prensa británica su «relación homosexual» con el que desde 1967 era el jefe del tercer partido político británico y quien, en algunas ocasiones, había dispuesto a su antojo de la supervivencia de Gobiernos laborista y conservadores. Thorpe negó inmediatamente las acusaciones, pero ante la exposición pública de pruebas -cartas recibos, etcétera-, el político renunció a su cargo. Inmediatamente después empezaría la otra historia, la que ahora ha llevado a Thorpe y otras tres personas al banquillo de los acusados.
Lo que se ventila en Minehead ante un tribunal de tres magistrados, primea instancia del sistema legal británico -y se reanudará mañana con la continuación del interrogatorio de uno de los principales «dramatis personae», el ex modelo Norman Scott-, son los preliminares de un caso en el que el fiscal de la Corona intenta obtener la evidencia de escándalo y conspiración que permita un juicio formal.
Por la tribuna de los testigos han pasado cuatro personas: Peter Bessell, una vez íntimo amigo de Thorpe y ahora testigo de la acusación, al que le ha sido concedida inmunidad para viajar desde Estados Unidos, donde reside tras la quiebra fraudulenta de algunos de sus negocios; Jack Hayward, millonario con casa en Las Bahamas y benefactor del Partido Liberal británico; Andrew Gino Newton, ex piloto, sicario contratado para dar muerte a Scott, y el propio ex modelo, cuyas explícitas revelaciones sobre sus relaciones sexuales con Thorpe han llevado las audiencias al paroxismo. Thorpe niega cualquier tipo de relación sexual con Scott y que haya conspirado en ningún momento para darle muerte.
Peter Bessell ha contado a los magistrados que Thorpe se convirtió en un hombre obsesionado con matar al modelo cuando comprendió que si éste hablaba podía acabar con su prometedora carrera política. A instigación de Thorpe, Bessell escribió en 1976 una carta, que ahora ha reconocido falsa, acusando a Scott de hacerle chantaje sexual. La carta pretendía hacer aparecer al modelo como chantajista y asustarle para que no declarase contra Thorpe. Bessell ha dicho también que Thorpe planeó con él estafar medio millón de dólares a Jack Hayward, el principal benefactor de los liberales, y que en 1970 prominentes personalidades políticas, que citó, conocían ya las relaciones homosexuales entre Thorpe y Scott.
Jack Hayward ha reconocido haber regalado al Partido Liberal no menos de veinticinco millones de pesetas. La acusación sostiene que al menos millón y medio de esta cantidad destinada al partido fue utilizado por Thorpe para pagar a Andrew Gino Newton por el «trabajo» de asesinar a Scott Newton, finalmente, sólo mató al perro gran danés del ex modelo. Andrew Neuton, que según sus propias palabras no distingue bien a veces entre la ficción y la realidad, ha declarado que David Homes, uno de los acusados y amigo íntimo de Thorpe, le contrató por 10.000 libras para eliminar a Scott. Después de unos «ensayos» que rozan la comedia y de una entrevista personal en la que Newton dijo a Scott que quería contratarle como modelo, el ex piloto no se atrevió a realizar el encargo, y en el curso de un paseo en automóvil mató al perro, dejó ir a Scott y se tomó después unas vacaciones. Arrestado a su regreso, en marzo de 1976 fue sentenciado a dos años y puesto en libertad bajo palabra en abril del año siguiente. Newton tiene grabadas conversaciones telefónicas con Holines y con John le Mesurier otro de los acusados.
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