El PSOE cree necesarios unos acuerdos para 1979
La necesidad de unos acuerdos económicos para 1979 y de otros relativos a la estructuración de las relaciones industriales, la falta de un plan económico del Gobierno y su pretensión de una reducción drástica de la inflación, lo que supondría una dura política de ajuste, así como las relaciones partido-sindicato, fueron algunos de los temas abordados ayer por el secretario general del PSOE, Felipe González, en una conferencia de prensa convocada por la Agrupación de Periodistas de Información Laboral (APIL).
La transición política exigió el consenso
Felipe González se refirió en primer lugar a los pactos de la Moncloa. Pactos que había que analizar en la especial coyuntura en que se produjeron, que estaba íntimamente ligada con el momento político que se vivía. La transición política, en un clima de vacío institucional y sin un Gobierno provisional de amplia inayoria parlamentaria (el Gobierno provisional), ha exigido gido de las elecciones del 15 de junio, no podía contar con los resortes que hubiera tenido un Gobierno provisional), han exigido -según Felipe González- el compromiso sociopolítico y constitucional.Criticó el incumplimiento por el Gobierno de las contrapartidas que se incluyeron en los pactos (participación en la gestión de la Seguridad Social, en las empresas públicas, construcciones escolares, fondo coyuntural contra el paro), a quien, dijo, no quería acusar de intenciones turbias, pero sí de ineficacia. La gestión del cumplimiento ha correspondido sólo al Gobierno, que se ha resistido a rendir cuentas al Parlamento, limitándose a unas explicaciones poco clarificadoras del vicepresidente Abril.
No se puede negociar sobre objetivos
De cara a los nuevos pactos, el secretario general del PSOE insistió en su necesidad y en que los mismos fueran concretados por sindicatos y patronales. Se refirió a la necesidad de unos acuerdos sectoriales, nacionales, o intersectoriales nacionales, que son los únicos que las centrales, dado su grado de madurez actual, pueden hacer respetar a sus bases. Hace falta un marco de relaciones industriales para no añadir factores de inestabilidad a la democracia.Esto parece no entenderlo el Gobierno, según González, que ha iniciado contactos con centrales y patronales tarde, y cuando !o ha hecho se ha limitado a presentar una serie de objetivos voluntaristas (inflación al 10%, inversión del 8%), que pueden o no cumplirse, pero que en cualquier caso no son bazas de negociación. A cambio de estos objetivos, sin un planteamiento serio de las relaciones industriales, que se han excluido de las negociaciones, pretende el Gobierno que se acepten limitaciones salariales.
Un planteamiento electoral
Felipe González piensa que el Gobierno, ante la imposibilidad de aceptar el acuerdo por tres años propuesto por el PCE, que objetivamente es el que mejor le vendría (UCD y PCE contarían mayoría suficiente en el Parlamento), tratará de lograr un pacto Gobierno-opinión públicá. Se trataría, según el líder socialista, de montar una campaña acusando a la Oposición, a través de la televisión y los periódicos, de irresponsable y de no querer los pactos, y en este clima convocar en breve nuevas elecciones legislativas. De todos modos, según Felipe González, pasados unos meses los efectos de la salida drástica a la crisis desengañarán a esa misma opinión pública. Reiterá la necesidad de una salida suave, enfocada prioritariamente sobre el objetivo del paro y no sobre el de la inflación.
Ante la política de «imposición» por ley
«Si el Gobierno prescinde de los acuerdos e intenta imponer la limitación salarial por ley se encontraría con la oposición del PSOE. Serían leyes aprobadas sólo por UCD y de su entera responsabilidad; nosotros no vamos a ofrecer un programa socioeconómico para que nos lo gestione un Gobierno de derechas.»
Estrategia sindical del PSOE
El nuevo panor ama sindical, en el que detrás de cada central -a excepción de CNT- se encuentra un partido; la presencia de grupos políticos organizados, aunque minoritarios, en el seno de UGT, y el peligro de que los planteamientos políticos traten de imponerse y defenderse desde la central socialista, han motivado la adopción de una estrategia sindical por el PSOE.
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