"La definición del modelo económico es incompleta, pero no había otra solución"

Antonio Garrigues Walker, presidente de la Asociación para el Progreso de la Dirección y consejero de algunas de las empresas más importantes del país (Altos Hornos, Ford España e IBM), es hombre con gran prestigio en el mundo financiero, entre otras cosas, por su condición de asesor de las multinacionales americanas interesadas por el mercado español. Valora positivamente el contenido de la Constitución, al tiempo que defiende la necesidad de un referéndum para que España elija el modelo económico que desea.Pregunta. ¿La situación de crisis económica se ha visto reflejada en el proyecto constitucional?

Respuesta. Personalmente opino que en la Constitución se ha dedicado, por fin, gran atención al tema económico, superior incluso a la preocupación que reflejan otras Constituciones europeas. Al mismo tiempo es evidente que se han tenido en cuenta todos los factores de la vida económica en el momento presente.

P. La forma en que el artículo 38 define el sistema de economía de mercado como modelo económico ha provocado recelo entre los empresarios, ¿está justificada su inquietud?

R. La queja básica de los empresarios se basa en el hecho de que el principio de libertad de empresa está muy diluido por otras declaraciones contenidas en la Constitución que permitirían una planificación abusiva de la vida económica y un excesivo intervencionismo estatál. A mí me parece que la definición del modelo económico no es, desde luego, completa, pero pienso que no había otra solución y sostengo go que todo dependerá, más que de la propia Constitución, de la capacidad de los empresarios españoles para defender su espacio económico.

Por otra parte, estoy convencido de que en un plazo relativamente corto la cuestión del modelo económico tendrá que ser sometida al criterio del pueblo español de una manera más clara y los españoles tendremos que decidir si queremos una mayor libertad empresarial, mayor intervencionismo estatal o este tipo de capitalismo mixto, por el que se rige actualmente la economía española, que todavía no ha dado resultados positivos.

P. ¿Insinúa la necesidad de un referéndum sobre el sistema económico?

R. Yo creo que es necesario. Su presentación ha de cuidarse, porque el tema es complejo. Pero si en la Constitución se define con claridad el sistema político, debe plantearse también con precision el modelo económico.

Sobre este punto es cierto que existe una incultura básica que habría que corregir con una campaña similar a la que se está realizando para divulgar el proyecto constitucional, porque es evidente que el modelo económico es el que define la estructura y el funcionamiento real de un país. Al mismo tiempo, apoyo la creación de una Cámara económica que permita el análisis de los problemas económicos y sociales fuera del ambiente de la clase política, que opera en este terreno con una serie de limitaciones y de tácticas que resultan aceptables en la vida política, pero sumamente perjudiciales para la vida económica.

P. ¿El proyecto constitucional trata con equidad a empresarios y trabajadores?

R. Pienso que se ha producido un auténtico empate y nadie puede clamar victoria. El ambiente consensual ha hecho que las posturas no se definan con claridad y, por tanto, los objetivos de empresarios y centrales se irán logrando paso a paso. En este aspecto la ley que regule las relaciones laborales puede tener más importancia que los principios constitucionales.

P. Sin embargo, han sido más numerosas las críticas formuladas por los empresarios...

R. Los dos sectores han protestado, aunque quizá la voz empresarial ha sido más fuerte. Algunas quejas quizá hayan sido desmesuradas. Me parece que un empresario que tenga miedo a un Gobierno socialista no es realmente un verdadero empresario. Ní la derecha más reaccionaria, en caso de que llegase al poder, estaría en condiciones de llevarnos a un capitalismo manchesteriano, ni el socialismo más avanzado podría imponer fórmulas colectivistas. Queramos o no, el país está dividido al 50% y, en consecuencia, tendremos que convivir con este tipo de fórmulas ambiguas e híbridas.

P. ¿Qué actitud adoptará en el referéndum del 6 de diciembre?

R. Votaré sí, porque esta Constitución es lo mejor que podía obtenerse en la situación política actual.