El mecanismo del Sistema Monetario Europeo pendiente de la decisión política

Los mecanismos técnicos que regirán para la aplicación del Sistema Monetario Europeo (SME) fueron aprobados a nivel de Consejo de Ministros de Economía y Finanzas de la CEE. Falta ahora la aceptación política, a concluir, probablemente, durante la reunión en la «cumbre» de los jefes de Estado o de Gobierno de la CEE, a celebrar en Bruselas los días 4 y 5 de diciembre.

Los británicos reservan su última palabra para la «cumbre» para determinar si entran o no a formar parte del SME, cuya entrada en vigor sería a partir del 1 de enero, con la definición de un sistema de flotación concentrada de las monedas europeas que formen parte del SME (con márgenes que pueden oscilar entre el 2,25 hasta el 6 %, en el caso de la lira italiana) y la creación del ECU (European Currency Unit), futura unidad de cuenta europea en que se librarán los créditos a monedas del SME en dificultades. Se avanza la cifra de 25.000 millones de ECU (cuya relación con la peseta podría definirse, aproximadamente, en 1 ECU = 100 pesetas) como fondo inicial del SME.El debate político en el curso de la «cumbre» de jefes de Estado o de Gobierno se centrará en intentar incluir a los británicos en el SME. La promesa de entrada en un futuro sería considerada también como un éxito por parte de los protagonistas del proyecto del SME, el canciller alemán, Schmidt, y el presidente francés, Giscard d'Estaing. Otros países, como Italia e Irlanda, desean también que los mecanismos de crédito del SME sean automáticos, en el momento que sea necesario sostener el curso de una moneda. integrada en el SME que se aparte demasiado del índice pivote, todavía a definir, compuesto por una «cesta» de todas las monedas que integren el SME.

Otras monedas de Estados no miembros de la CEE (como el grupo de países nórdicos, Suiza o Austria) podrían relacionar los índices de flotación de sus monedas al SME, como base de «zona de estabilidad monetaria europea», principal objetivo del SME.

Al margen de los avances en materia monetaria, los comunitarios continuaron, sin demasiados resultados, los demás consejos de la CEE en la capital belga. En el dedicado al presupuesto no hubo acuerdo, ante las reservas francesas y alemanas, a incrementar la dotación destinada al fondo regional de la CEE, como pedían británicos e italianos. En agricultura tampoco se concluyó un compromiso en la renovación del Mercado Común del vino.