Concierto

TVE emite semanalmente una media de ocho horas de programas musicales, sin tener en cuenta los magazines. La crisis de los programas musicales no tiene nada que ver con el cambio en la subdirección de musicales y el nombramiento de Ramón Diez, un excelente profesional y experto en retransmisiones deportivas, quien fue el primer sorprendido por su nuevo cargo, aceptado poco menos que por un acto de tercer grado de obediencia. Pero la decisión autoritaria es inequívoca.En la actualidad se emiten dos conciertos de música clásica, mañana y tarde de los domingos, por las dos cadenas. La audiencia de estos programas la constituyen los aficionados a la música clásica, melómanos y telespectadores exigentes, aún a sabiendas de que las condiciones de audición del receptor son muy inferiores a las del habitual equipo de alta fidelidad.

Pero TVE, pese a disponer de técnicos altamente cualificados y de los mejores medios técnicos, no ayuda a mejorar la calidad y rendimiento de estos programas. Cuando TVE graba un concierto, se desconoce la fecha de su emisión, independientemente de los acuerdos establecidos con la Orquesta Sinfónica de RTVE. Los títulos del programa Concierto ni siquiera son anunciados regularmente en los boletines oficiales de emisión, pese a encontrarse «enlatados» y archivados en videoteca con amplios márgenes de tiempo.

Las grabaciones de los conciertos en auditoriums, como el teatro Real de Madrid, son prueba inequívoca de la escasa atención que se presta a la audiencia cualificada. TVE desplaza unidades móviles y utiliza magnetoscopios de blanco y negro, que si bien no son peores que los de color, sí son más antiguos. En estos casos, la grabación del sonido no se efectúa a través de los medios técnicos propios de TVE, sino que se emplea una vía de salida de los equipos de grabación de Radio Nacional de España. El resultado es, de por sí una pérdida inicial de calidad.