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El potencial de crecimiento de la economía española es enorme

Bajo el título «Un futuro para la economía española», el boletín económico periódico Argus ha publicado recientemente un trabajo sobre el presente y las perspectivas futuras de la economía española, elaborado por un grupo de expertos dirigido por Emilio Fontela, director del departamento de Econometría de la Universidad de Ginebra, y coordinado por Armando Carabén. El trabajo plantea una serie de proyectos y alternativas para acometer una reforma en profundidad de las actuales estructuras de la economía española.

Una primera parte del estudio está dedicada a analizar la aplicación y consecuencias de los pactos de la Moncloa, estimando que en síntesis han contribuido a acentuar la descapitalización de las empresas, agravando el paro, a pesar de que se hayan alcanzado algunos de sus objetivos prioritarios, como el de moderar las tasas de inflación. Esta difícil situación de las empresas no ha sido privativa de las españolas, porque la crisis energética, derivada del alza espectacular de los precios del petróleo, provocó un replanteamiento de la distribución de las riquezas que, por lo general, degeneró en el descenso de la inversión y, por tanto, del empleo.Cara al futuro, el informe recomienda continuar en la lucha para contener la inflación y consolidar el equilibrio exterior alcanzado. Estas dos actuaciones deberán, sin embargo, hacerse compatibles con un cierto relanzamiento de la actividad que posibilite una recuperación en el empleo. El logro de estos objetivos exige un cambio sustancial en las orientaciones de política económica emanadas de los pactos de la Moncloa. Se antoja muy difícil perpetuar el sostenimiento de la demanda exterior como único componente de la actividad impulsora del crecimiento.

El informe llama la atención sobre las dificultades de, a partir de la situación presente, alcanzar todos los objetivos propuestos de modo simultáneo. Como el más inalcanzable se cita la reducción del desempleo, estimando como muy probable que siga aumentando en los próximos doce meses o que, en el mejor de los casos, sólo se estabilice.

Reactivación de la inversión

Para alcanzar una reactivación de la inversión, el estudio elaborado por Argus estima necesario actuar a partir de una política crediticia moderadamente expansiva, con reducción de tipos de interés y un programa activo de inversión y gasto públicos. Paralelamente, el informe recomienda una política de cambios propiciatoria de un deslizamiento a la baja de la peseta, como mecanismo estímulador esencial de las exportaciones. Para cubrir las deficiencias de creación de empleo deberá acometerse una reestructuración profunda de la estructura productiva, posibilitando mientras tanto un replanteamiento de las prestaciones del seguro de desempleo, de modo que acoja a un mayor número de trabajadores, con mayor volumen y una más estricta racionalidad.El potencial de crecimiento de la economía española se considera enorme, tanto en el sector agrícola como en el industrial, habida cuenta de su aparato productivo, comparado con el de otros países. Para aprovechar este potencial se considera necesario e ineludible acometer una reforma profunda de la estructura empresarial, reconvirtiendo empresas ineficaces, a partir de la aplicación de planes sectoriales de concentración y regímenes fiscales que favorezcan las fusiones aconsejables y los acuerdos de producción y marketing.

En cualquier caso, Argus propone que todos los agentes sociales y económicos discutan y elaboren un compromiso mediante el cual se definan las grandes operaciones de inversión a realizar y, en definitiva, el camino a seguir por la economía del país en los próximos años. Asimismo plantea la necesidad de potenciar la participación progresiva de los trabajadores en la gestión de las empresas, como único medio de establecer una corriente de fidelidad recíproca entre la empresa y los trabajadores; aspecto que se considera vital para un replanteamiento de las estructuras productivas que mejore la capacidad de creación de empleos.

El informe llama también la atención sobre la necesidad que tiene la clase empresarial española de superar el eterno concepto de la empresa como únicamente una fuente de creación de beneficios, aceptando que se trata de un ente de relación entre las distintas esferas sociales. «La empresa moderna de las sociedades avanzadas hace el pacto de paz social con los trabajadores, acepta los movimientos consumeristas y respeta los condicionamientos del medio ambiente », señala Argus.

El financiamiento del desarrollo futuro de la economía española precisará -estima el informe- de una nueva mentalidad bancaria, menos conservadora, y de la aparición de nuevos métodos de provisión de dinero, entre los que hay que destacar la utilización adecuada de las posibilidades de autofinanciación y la aparición de una auténtica bolsa de valores, con criterios y funcionamiento de puro mercado.

Tras analizar algunos otros aspectos, el informe dirigido por el profesor Fontela concluye: «En las relaciones geoeconómicas que ya se dibujan en el mundo, entre la comunidad avanzada del Norte, y la que está en vías de desarrollo del Sur, nuestro país puede empezar a jugar un papel de puente especialmente adecuado, tanto por sus caracteres históricos como por su situación geopolítica actual.»

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