Unánime condena del asesinato

Partidos políticos, centrales síndicales, personalidades públicas y, colectivos próximos -a los medios judiciales., como Justicia Democrática, antiguos abogados defensores ante el TOP y los procuradores de los tribunales manifestaron ayer su repulsa y su pésame por el asesinato del antiguo presidente del Tribunal de Orden Público y actual magistrado suplente de la Sala Sexta del Tribunal Supremo.Unión de Centro Democrático, a través de su portavoz oficial, declaró que los terroristas actúan «inequívocamente con la intención de amedrantar e inquietar en vísperas del referéndum constitucional». Asimismo, la Organización Revolucionaria de Trabajadores (ORT) declaró que,los sucesos de Moridragón y el asesinato del señor Mateu «crean una situación de extrema gravedad que favorece la actuación de quienes piden intervenciones orientadas a hacer posible la invólucíón». En parecidos términos se expresó la Liga Comunista Revolucionaria (LCR). A lianza Popular, a través de su vicepresidente, Carlos Argos, condenó el asesinato, así como todos los actos terroristas que «tratan por todos los medios de evitar el desarrollo democrático».

Las centrales sindicales por su parte, también. condenaron el asesinato del señor Mateu y resaltaron el carácter antidernocrático del mismo. UGT, CCOO y USO coincidieron en sus respectivos comunicados en denunciar el crimen como.un intento de provocar a otra institución esencial del Estado, como es, la Magistratura, para forzarla a oponerse. frontalmente a la Constitución democrática.

Entre las reacciones de personalidades públicas destaca la del vicepresidente primero del Gobierno y ministro de Defensa, teniente general Gutiérrez Mellado, quien, tuvo conocimiento del asesinato mientras visitaba la Academia General del Aire de San Javier (Murcia). Abordado poir los periodistas manifestó «que es un acto más de terrorismo de estos señores disparatados que están intentando, hacer algo imposible a fuerza de terror y que fracasarán rotundamente». Añadió que recibía la noticia con «enorme disgusto e índignación» y, con referencia a los terroristas, señaló: «Acabaremos con ellos sí nos ayudamos todos los españoles.»

Santiago Carrillo, secretario general del PCE, envió sendos telegramas de pésame y condena, en su nombre y en representación de los diputados comunistas, a la viuda del señor Mateu y al presidente del Tribunal Supremo. También hídieron declaraciones de repulsa y condena del atentado Manuel Fraga, secretario general de AP, y Eladio Garcia Castro, secretario general del Partido del Trabajo de España, quien en su día fue procesado por elTOP. Otro de los procesados y condenados por este tribunal, en el célebre sumario 1.001, Fernando Soto, actuahnente diputado y dirigente de'CCOO, ha manifestado: «El asesinato del señor Mateu es otra barbaridad.»

Justicia Democrática, que agrupó en los últimos años del franquismo a los jueces, magistrados y fiscales demócratas, hizo público el siguiente comunicado: «Justicia Democrática, que rechazó la apelación al crimen en su enfrentamiento a la dictadura, manifiesta su dolor e indignación por el asesinato del magistrado José Francisco Mateu Canoves, que supone un gravísimo ataque a la independencia de los tribunales, dentro de las maniobras desestabilizadoras contra la definitiva instalación institucional de un sistema democrático, en el que un poder judicial independiente constituye presupuesto insoslayable.»

En el mismo sentido se han pronunciado un grupo de antiguos abogados defensores ante el TOP. El abogado Jaime Miralles manifestó: «Soy uno de los abogados que más ha peleado con Mateu, pero él era un hombre convencido de lo que defendía y, a pesar de estas diferencias, era un gran amigo mío.» Para la abogada Cristina Almeida, una de las que más actuó como defensor ante el TOP, el asesinato del señor Mateu «es un ataque a la posibilidad de paz para España». El Colegio de Procuradores de los Tribunales de Madrid, por su parte, condenó también el asesinato e hizo público un comunicado en el que declara que «los procuradores de los tribunales se sienten, hoy más que nunca, en franca hermandad con la Magistratura española».