El príncipe Carlos,
heredero de la corona británica, inició la jornada de ayer, en la que cumplía treinta años, con un brindis de champagne en un entreacto de la ópera La africana, de Meyerbeer, a cuya representación asistía con lady Sarah Spencer. Hace unos meses, el príncipe Carlos dijo que los treinta años sería una buena edad para casarse. Los periódicos dicen ahora que tiene por lo menos cinco serias pretendientes de la nobleza inglesa, aunque a todas ellas las utiliza como cortina para ocultar su auténtico amor por la princesa Marie Astrid, de Luxemburgo
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