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La policía comprobó 171 llamadas de falsas alarmas de bomba en lo que va de mes

«Hay una auténtica psicosis de miedo a los paquetes sospechosos en Madrid y un incremento de las llamadas anónimas, en las que se anuncia la colocación de una bomba, desde que el pasado día 30 de octubre explosionara un paquete-bomba que causó la muerte de Andrés Fraguas e hirió gravemente a Juan Antonio Sampedro, en EL PAÍS», informaron ayer fuentes de la Jefatura Superior de Policía. Como consecuencia de este atentado, la sala de operaciones del 091 comenzó a registrar un número inusual de llamadas telefónicas en medios policiales, que en sólo trece días obligó a la realización de 171 servicios de comprobación que resultaron negativos en su totalidad.

Este número de amenazas de explosivos y recepción de paquetes y sobres extraños equivale a una media de trece llamadas diarias; media que ha representado un fuerte incremento frente a los cuatro o cinco avisos semanales que se tenían antes.La forma de actuación es diferente según los casos. Cuando se recibe una llamada, el funcionario la comprueba e inmediatamente da aviso al coche-patrulla que se encuentre más cercano al edificio en el que se ha recibido la amenaza. «Normalmente enviamos coches K con inspectores cuando los centros en los que puede haber una bomba son oficiales, o periódicos, es decir, donde es más probable que esta amenaza sea cierta. En el resto de los casos se envía un coche-patrulla», manifestaron a EL PAÍS fuentes cercanas al Departamento de Seguridad Ciudadana, antes Orden Público.

La requisa o reconocimiento que estos funcionarios efectúan del lo cal permite comprobar la veracidad o falsedad de la llamada, en caso de que se encontrara durante esta operación un paquete sospechoso se exigiría la presencia de uno de los tres grupos, se servicio permanente, del Equipo de Desactivación de Explosivos EDE. «La presencia técnica se produce, sin embargo, desde el principio si las sospechas recaen sobre un paquete. Los equipos que se tienen para detectar permiten saber la naturaleza del paquete y la necesidad de que se destruya. Se trabaja a con ciencia tanto en las requisas como en el examen de un paquete; aunque se sabe que en un 999% no hay ningún tipo de peligro, se piensa en la responsabilidad en que incurriría el funcionario si se tratara de una alarma real.»

Colegios y periódicos amenazados

«Antes era bastante normal que algunas facultades y centros universitarios recibieran llamadas en épocas de exámenes. Un estudiante que no había estudiado o alguien que quería aplazar la prueba eran los protagonistas. El año pasado en la escuela de Ingenieros de Caminos cuando nos llamaban para avisarnos de una amenaza ya sabíamos que había examen de Materiales; luego fueron las empresas a punto de declararse en expediente de crisis las que eran amenazadas», informó el señor Pastor, jefe Superior de Policía de Madrid. Sin embargo, durante este mes las llamadas se han realizado en una gran diversidad de centros. Además de los veintinueve colegios, institutos de enseñanza media y colegios universitarios que fueron amenazados, se recibieron llamadas, en el mismo sentido, en catorce periódicos y una emisora de radio, cuatro bancos, varias empresas, hoteles, siete domicilios particulares, algunos hospitales, unos grandes almacenes y las sedes de centrales sindicales como Comisiones Obreras y Sindicato Unitario. Junto a estos locales, se recibió aviso de inmediata explosión en centros oficiales, militares y culturales, tales como el de las Cortes, la Escuela de Transmisiones del Ejército o el Ateneo.

Según el edificio del que se tratara, la actuación y el número de policías fue distinto. «Informar de la posible existencia de una bomba en unos grandes almacenes hubiera sido extremadamente peligroso; por eso la coordinación entre el equipo de seguridad con que cuente la empresa y el mayor número de funcionarios que se pueda enviar consigue un registro del local rápido y disimulado. En centros oficiales, el control existente en la puerta disminuye mucho la posibilidad de que sea cierta la alarma», manifestaron miembros del Departamento de Seguridad Ciudadana.

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Muchos paquetes sospechosos

De los 171 servicios, unos ochenta fueron realizados para examinar paquetes y sobres sospechosos. «Esta precaución es nueva entre los madrileños. Preferimos que la gente siga llamando para informar de falsos artefactos a que vuelva a ocurrir algo como lo de EL PAÍS. Paquetes inesperados o con remitente desconocido; sobres demasiado gruesos o que contienen extraños objetos son los que provocan las llamadas», informó el señor Pastor.

Pero no sólo son las llamadas de particulares las que se recibieron. Los miembros de coches-patrulla que encontraron maletas, envoltorios o cajas extrañas y los policías municipales que descubrieron paquetes o bolsas dejadas en portales y en la calle también avisaron al 091.

Luego se descubriría, como ha pasado en estas dos últimas semanas, que los dieciséis paquetes encontrados contenían basura, botiquines vacíos, macutos con libros, botes de conserva, carteras escolares o tubos de cosmético. Otros paquetes, sin embargo, requirieron mayor cuidado, ya que su aspecto estaba preparado para asustar; entre éstos se encontró una bolsa con dos rollos de papel de estraza y un paquete formado con dos cartuchos de dinamita y unos cables que se halló en la Cruz de los Caídos.

En los paquetes recibidos por particulares y examinados por la policía se encontró propaganda, recortes de prensa, cartas familiares, papel cuadriculado para apuntes, un bizcocho, un televisor portátil, libros, talones bancarios... Catorce personas se alarmaron al recibir un paquete en el que se incluía un llavero, regalo de la Caja de Ahorros y Monte de Piedad de Madrid.

Entre las llamadas telefónicas, realizadas indistintamente por hombres y mujeres, una avisó el día 8 que «todos los centros oficiales van a reventar», en tanto otra, hecha a un banco pedía un millón de dólares si no querían que se pusiera una bomba al día siguiente; otra, por último, tuvo en jaque a las; dotaciones de varios coches-patrulla, ya que había anunciado la colocación de tres bombas en el camino que iba a recorrer la manifestación, el pasado día 10, contra el terrorismo; estaba reivindicada por la Triple A. Sin embargo, el que una persona diga pertenecer a un grupo cuando avisó de la colocación de una bomba es algo extraño; sóllo en ocho llamadas de las noventa efectuadas dijeron pertenecer a grupos como ETA, Triple A y GRAPO. En medios policiales se descarta que miembros de estos grupos hayan sido los verdaderos autores de las amenazas; la policía sabe que cuando de verdad colocan los artefactos no se recibe ningún aviso.

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