Tamames: "Alvarez debe dimitir por ética"

«Al pedirse la dimisión de Álvarez nadie se ha servido de argumentos legalistas, sino que la cuestión radica en la más elemental ética democrática.» Esta es una parte de la contestación que el candidato del Partido Comunista a la alcaldía de Madrid, Ramón Tamames, da a las declaraciones vertidas por el alcalde, José Luis Alvarez, en comentario a la petición del candidato del PCE de que éste, una vez convertido en candidato de UCD, debería dimitir.El señor Tamames, en su escrito, critica las manifestaciones de José Luis Alvarez durante la rueda de prensa de anteayer, en las que no tomó en serio la petición de dimisión y consideró como «más serio al partido que al candidato». Ramón Tamames asegura al respecto que «quien tiene la vara de alcalde en sus manos debería pensarse dos veces qué dice, pues el que es autoridad municipal debe tener un cierto pudor al verter sus opiniones personales desde el cargo que ocupa».

Sobre la pretensión mostrada por el actual alcalde de no dimitir antes de las elecciones y sobre la comparación hecha por éste con dos presidentes que perdieron unas elecciones desde el cargo que ocupaban, el candidato comunista dice, como «simple observación amistosa», que «debe tenerse también una cierta cautela con las autocomparaciones, porque parangonarse -como hizo el señor Alvarez- con un presidente de Estados Unidos y con el mismísimo Wiston Churchill me parece, cuando menos, megalomanía (o incluso algunos podrían llegar a pensar que está rayando en lo histriónico)».

En su contestación, hace también referencia al discurso pronunciado por José Luis Alvarez en la inauguración del congreso de UCD y asegura que «todo el poder le viene de Suárez. Y, que se sepa, no tiene otro liderazgo político propio que las veleidades monodemocráticas que expuso ante el congreso de UCD, en medio del asombro de propios y extraños, y ante la estupefacción de Joaquín Ruiz Giménez, que abandonó el auditorio al escuchar la tesis peregrina de que la salvación democrática de España se hizo por obra y gracia de un solo partido, lo cual debió recordar a muchos el periclitado lenguaje del extinto Movimiento Nacional.