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Ninguna promoción para la fiesta de toros en Madrid

El pleno de la Diputación Provincial de Madrid aprobó ayer el pliego de condiciones para el concurso-subasta del arrendamiento de la plaza de Las Ventas, el cual tendrá un período de vigencia de cinco años. Se trata de un pliego que no aporta nada positivo, prácticamente, respecto al anterior. Cuanto se ha pedido acerca de que la Diputación procure una mejora sustancial de las temporadas taurinas no ha sido recogido. En realidad, la única obligación nueva para la empresa arrendataria es dar dos novilladas en San Isidro y cuatro festejos menores en días no festivos, cuando lo estime conveniente puede ser en pleno invierno). El vicepresidente de la Diputación, en el acto de presentación a la prensa del pliego, hizo hincapié en que se había procurado conjugar los intereses asistenciales de la corporación con los de la afición madrileña y, por extensión, la española. Una vez mas esto no pasa de ser bellas palabras. La empresa arrendataria viene obligada a abrir la temporada antes del 15 de marzo (hasta ahora era el 19) y a cerrarla no antes del 15 de octubre (hasta ahora era el 12); a dar festejos todos los domingos y festivos durante dicho período (ninguna novedad aquí); feria de San Isidro no inferior a doce espectáculos, de los que dos serán novilladas (esto de las novilladas es la novedad), y tres corridas de toros en la temporada de otoño (lo que también es nuevo).

Pero maticemos: la redacción de estas condiciones -nos referimos ahora a la última- se ha hecho de tal forma que prácticamente en nada obliga a la empresa, salvo en que, efectivamente, dé tres corridas de toros, que pueden ser en días consecutivos o no, en festivos o cuando le plazca. siempre que se programen en otoño: es decir, de septiembre a noviembre. Esto ya lo viene haciendo la actual empresa arrendataria. que entre septiembre v octubre alterna corridas de toros v novilladas, y de aquéllas organiza tres o incluso más de tres. Dice textualmente este párrafo de la estipulación décimosexta del pliego: «También celebrará tres corridas de toros en la temporada de otoño, en la que figurará, al menos, un torero del grupo especial». Está claro: con contratar a uno cualquiera de ellos para una de esas tres tardes, obligación cumplida.

Un informador preguntó en la rueda de prensa cómo no se había establecido que en determinados meses específicamente taurinos se programaran corridas de toros o novilladas en días laborables, a lo que contestó un directivo de la Diputación que esto sería lesivo para la empresa arrendataria. No comprendemos cómo se puede considerar lesiva la organización de festejos taurinos en plaza como la de Madrid y en qué se fundamentan los rectores de la Diputación para sustentar esta opinión.

El tipo de licitación es de 61.200.000 pesetas, que es la cifra que, según manifestó Leopoldo Malos, viene a abonar la actual empresa a la Diputación anualmente. Veremos a dónde llega la puja, si bien en medios taurinos se especula que alcanzará los cien millones. Quizá esto «no sea lesivo» para nadie, según los curiosos planteamientos de quienes representan a la Corporación.

Es importante señalar que todos los empresarios taurinos (no sólo los de plazas de primera cateizoría) pueden presentarse a la subasta. Las limitaciones son las que marque la ley y no ha quedado muy claro si también podrán licitar las personas que no posean documentación precisa -dice la cláusula vigésimo primera- para poder dar y explotar espectáculos taurinos.

Las plicas serán dos: una de «referencias» y otra de «oferta económica». En ningún caso se contempla la posibilidad de que un empresario pueda ofertar sobre la base de mejor programa para las temporadas. de forma que para la adjudicación mandará el dinero, y sólo eso. La empresa no podrá subir más de un 35% el precio de las localidades. Se elimina el sobrecanon del 15% sobre la cantidad que rebase los 150 millones de pesetas brutos de taquillaje, y esto es positivo, pues no coarta la celebración de mayor número de festejos. Se respetan los derechos de abono de los espectadores. Cuando haya empate de concursantes en la oferta económica, se abrirá licitación por pujas a la llana, y si prosigue el empate, decidirá el sorteo. Para la calidad del espectáculo, nada está previsto.

En fin, que el pliego es una decepción total. La Diputación. que tiene prácticamente la exclusiva del espectáculo en Madrid, no está a la altura de las circunstancias y no hace nada por mejorar la fiesta. Eso de que ha tenido en cuenta los intereses de la afición, es pura demagogia. Volveremos al tema.

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