El portugués Mota Pinto, el primer ministro más joven de Europa

Carlos Alberto Mota Pinto, 42 años, ex militante del Partido Popular Democrático (hoy Partido Social-Demócrata), ex ministro de Comercio del primer Gobierno Soares, es, desde ayer, la personalidad oficialmente encargada por el presidente Eanes de resolver la crisis gubernamental portuguesa.

El anuncio era esperado desde el día anterior, cuando se supo que Nobre da Costa, el entonces jefe del Gobierno en ejercicio, había declinado firme y definitivamente, las ofertas insistentes del jefe del Estado de una nueva misión a la cabeza del poder ejecutivo.Si tiene éxito en su misión de formar el nuevo Gobierno, el «cuarto Gobierno constitucional», como recalcan los círculos empeñados en trazar una frontera intransponible entre el actual sistema y los tiempos revolucionarios de los Gobiernos provisionales, robará a Adolfo Suárez su título actual de jefe de Gobierno más joven de Europa.

Pero cabe, en efecto, interrogarse acerca de las posibilidades del éxito del nuevo «designado». Es cierto que, de los cuatro partidos mayores, únicamente el Social-Demócrata había manifestado claras preferencias por Nobre da Costa. Para socialistas y democracristianos, Mota Pinto representa una elección aceptable. Su pasado democrático y su categoría intelectual no le merecen, apriori, la oposición de los comunistas, que reiteran su determinación de «juzgarlo por sus obras», empezando por examinar la futura composición del Gabinete y su programa. A diferencia de Nobre da Costa, Mota Pinto es un político bien preparado para las lides parlamentarias y otras. No es un orador brillante, pero sí un buen negociador.

Límites a su acción

Las limitaciones mayores a la acción del futuro primer ministro vendrán, pues, de la presidencia de la República y del Partido Social-Demócrata. Mota Pinto pasa por gozar de la confianza e incluso de la amistad de Ramalho Eanes. Pero con su insistencia, junto con Nobre da Costa, el general-presidente expresó de la manera más diáfana su interés -tal vez su exigencia- de ver mantenida la política iniciada con el Gobierno Es lógico esperar que Eanes acompañe muy de cerca, en el futuro, los trámites para la formación del nuevo Gabinete, mostrándose tanto más exigente en la elección de los ministros, que tiene que deshacer la idea, que se vislumbra a través de algunos comentarios de la derecha, de que el nombramiento de Mota Pinto significa si no una derrota, un retroceso de los presidencialistas.

El comunicado de la presidencia, que anunció la decisión presidencial, no omite recordar una de las condiciones impuestas por Eanes a este tipo de ejecutivo: la participación de los partidos deberá evolucionar hacia la formación de un Gabinete de coalición. En caso contrario, el jefe del Estado considerará reunidas las condiciones políticas para la disolución del Parlamento y la convocatoria de elecciones generales anticipadas. No hay plazo definido y Eanes se conserva así libre de decidir, en cualquier momento, la suerte del Gobierno y del Parlamento. Como también se reserva el derecho de no aceptar cualquier acuerdo de mayoría realizado entre los parti.dos, dejando entender que no le parece aceptable una reedición del pacto PS-CDS.

Hay también motivos para interrogarse acerca de la actitud futura del PSO. Si mantiene su posición en favor de elecciones anticipadas, el partido de Sa Carneiro debe, primero, resistir la atracción, que no faltará, de ejercer, al menos sobre su ala izquierda, una personalidad tan cercana al partido que se anunció repetidamente, en las últimas semanas, su regreso a las filas. A medio plazo, el PSD tiene que oponerse, por todos los medios, a la concreción del acuerdo de coalición a tres con el PS (Partido Socialista),y el CDS (Centro Democrático y Social).