No se esperan sorpresas en en el debate parlamentario sobre el caso Moro
![Juan Arias](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/https%3A%2F%2Fs3.amazonaws.com%2Farc-authors%2Fprisa%2F5a86bcd5-e5fc-49ab-b292-f3043b0fbfd4.png?auth=2d48be4f56908c68f3c88d7da3c4bd83b9078e68267346b6bac73e371847252d&width=100&height=100&smart=true)
El ministro italiano del Interior, Virginio Rognoni, leyó ayer ante la Cámara de Diputados un informe de unos sesenta folios sobre el «caso Moro». Con él se abría uno de los debates probablemente más dramáticos de la historia del Parlamento republicano. Rognoni había sucedido al ministro Cossiga, dimitido precisamente el día del asesinato de Aldo Moro.La única sorpresa, sin embargo, que puede esperarse de este debate, según escribía el diario La Repubblica, podría provenir de los missinos, los cuales, al parecer, tienen la intención de hacer participar en el debate al general Miceli, pradójicamente muy nombrado en las confesiones de Moro, y quien podría demostrar con algún documento que hubiese hecho falta «muy poco» para salvar la vida del estadista demócrata-cristiano.
La lectura del informe de Rognoni duró casi tres horas y fue escuchada con gran silencio.
En la primera parte, Rognoni trazó la historia del secuestro y del asesinato del estadista demócrata-cristiano y de los agentes de su escolta. Confirmó la línea de firmeza del Gobierno durante los 55 días dramáticos del secuestro de Moro, pero sin detenerse especialmente sobre este problema. De hecho se había llegado ya a un acuerdo con los comunistas, los cuales pedían que el ministro defendiese claramente la llamada «línea dura» del Estado en las negociaciones con las Brigadas Rojas. Los socialistas se opusieron a esta petición del PCI, pero a su vez se comprometieron a no poner sobre el tapete la cuestión acerca de la posibilidad que tuvo el Gobierno de salvar la vida del presidente de la Democracia Cristiana.
Rognoni dijo que no se trataba de escarbar en el pasado, sino más bien de aclarar algunos puntos aún oscuros. Por eso no hizo mención a si se obró bien o mal. Sólo una mención general en la cual aparece que el Gobierno en aquellos días dramáticos hizo todo lo posible para conciliar el deseo de salvar la vida al estadista con la fidelidad a las leyes del Estado.
La parte más positiva e importante del discurso de Rognoni se refirió al problema concreto del terrorismo, indicando los instrumentos concretos para combatirlo. Habló detalladamente de la reforma de la policía, de su potenciamiento tecnológico y funcional, y de las relaciones en la lucha contra el terrorismo con los demás Estados. Finalmente habló del delicado problema de los servicios secretos, que en Italia han sido últimamente objeto de críticas y acusados de complicidad en algunas tramas subversivas de carácter fascista.
Las intervenciones serán pocas y limitadas a 45 minutos. No se esperan grandes sorpresas, ya que los partidos que apoyan al Gobierno Andreotti se pusieron de acuerdo antes de empezar el debate. Nadie quiere la crisis en estos momentos, en que existía una mayoría formada precisamente la víspera del secuestro de Aldo Moro y que gracias a uno de los clásicos malabarismos del estadista demócrata-cristiano incluía por vez primera a los comunistas en una participación en el Gobierno que llamó «parlamentaria» y no «política» para que pudiese ser aceptada por sus colegas de partido menos propensos al «compromiso histórico».
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