Anatomía de la derecha

Lo de la derecha está así, más o menos. Que ha vuelto Renovación Española, que parece una cosa de cuando Estrellita Castro daba su primer suspiro de España.Renovación Española lleva caracolillo en la frente y también nació a la luz de las candilejas para suspirar por España. Hoy, Renovación Española es un minifundio múltiple, integrado en Unión para la Democracia -¿pero no tenemos ya una democracia?-, donde cada hortelano afana en su huerto ideológico y la tierra no es para el que la trabaja, sino para un señor que está en el casino, como siempre, antes jugando al bacarrá y ahora al bingo, que hay que ir con los tiempos. El que más va con los tiempos es don José Antonio Trillo, al que llaman El Incesante, que parece un mote de personaje de Baroja, del mismo modo que a Juan Pablo I las revistas de humor le llaman El Rápido o El Breve, según.

Como estrellas invitadas a este auto de fe sin herejillo a quien quemar (todos, de UCD para la izquierda, estamos en la hoguera, como hipótesis de trabajo de la derecha), como estrellas invitadas aparecen, en primer lugar, los de Acción Ciudadana Liberal, o sea, Areilza con doce de los suyos. Sangre, sudor y lágrimas. Polvo, sudor y hierro, el conde cabalga.

Luego están los Clubs de Opinión, que es una cosa que se ha sacado Osorio, en audaz salto atrás hacia adelante que nos retrotrae al tardofranquismo, cuando las cenas políticas y la invención del Club Siglo XXI, que luego se ha aggiornado tanto que hasta habla o ha hablado en él nuestro señorito, Juan Luis Cebrián, un día de éstos, entre proceso y proceso, que este chico va a acabar en la Copel, y eso que es pilarista.

Se presenta en los procesos (Juan Luis, digo) con corbata amarilla de punto, como a una matiné de cineclub o del Club de Campo. Pero sigamos con la anatomía de la derecha. Lo malo del señor Osorio no es que sea de derechas, cosa muy legítima (como dicen ahora los que no saben decir), o sea muy legal y respetable. Lo malo del señor Osorio es que nunca va a brillar demasiado en la derecha, en la izquierda, en el centro ni en la Unicef. El brillo político no lo da un partido, qué le vamos a hacer, como el brillo literario no lo da una generación, que ahí está Fernández de la Mora, que es de la generación de Balmes y nada, no le sacan en los billetes.

R/E ha convocado también a Fraga y Alianza, que Fraga está más travolta que nunca, y con razón. Este es su momento y acaba de denunciar la situación como «una suspensión de pagos nacional». Yo mismo acabo de devolver la letra del televisor, que ahora que se casa Isabel Tenaille le voy a poner un crespón negro al aparato y ya no lo miro más.

Hasta los socialdemócratas de Andalucía van a venir, tipo campanilleros de la madrugá, con la Niña de la Puebla por patrona, a la convocatoria de la Renovación esa. He estado hace un mes en Andalucía y he visto parados, flamencas, flamencos, personal, directores de periódico, señoritos a caballo, curas a caballo de los señoritos, pero lo que no he visto por ninguna parte ha sido socialdemócratas. Pues resulta que hay.

Y, como santos en procesión, tipo rogativas, las esculturas policromadas o acuñaciones españolas de Gil-Robles, senior, y Fernández Miranda, toisón. Este duque reciente, y no el conde antiguo y de Motrico, va a ser el padre procesal de la Gran Derecha, que suena a Armada Invencible, pero sin manco. Lo que van a sacar entre todos es una democracia social.

A mí me gusta el invento. No se sostiene intelectualmente, claro. Pero pasta, lo que se dice pasta, hay pasta. O sea, que vienen con cruz alzada, brazo de Santa Teresa y botafumeiro de Compostela, vestidos de alternativa de poder. Son unos grandes fracasados en el voto y por eso han elegido el rito. España está salvada, hombre. Pero a la Tenaille me la casan y eso no lo arregla nadie.