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Tensión internacional ante la grave situación de los cristianos en Beirut

Mientras el Gobierno francés iniciaba ayer diversas gestiones internacionales para lograr un alto el fuego en Beirut, el presidente sirio, Hafez el Assad, suspendió en Berlín su proyectado viaje a Moscú y regresó a Damasco. Los ataques lanzados ayer por las tropas sirias contra los barrios cristianos de Beirut fueron particularmente intensos y alcanzaron incluso el palacio presidencial. En tanto Assad declaraba en Berlin que Siria «no está implicada» en el conflicto libanés, los cristianos de Beirut hicieron un llamamiento desesperado a los Gobiernos y a la opinión pública internacional. «Líbano -dicen- está pereciendo, ayudadnos.»

A la misma hora en París, tras una reunión del Consejo de Ministros presidida por el presidente Valery Giscard d'Estaing, el Gobierno francés dio a conocer una declaración en la que manifiesta que Francia está profundamente conmovida por la dramática situación de los habitantes de la capital libanesa y de su región. Indica a la vez que es necesario suspender inmediatamente los combates y a continuación estudiar «las condiciones en las que podría entablarse un diálogo entre las comunidades cristianas y musulmanas con visitas a un acuerdo nacional que restablezca la unidad y la seguridad del país y garantice su independencia».Según la declaración, Giscard d'Estaing le ha «asegurado» al presidente de Líbano, Elías Sarkis, que «puede contar con el apoyo y la colaboración de Francia». Un portavoz del Gobierno señaló que ese apoyo será «político y eventualmente material, para facilitar las soluciones planeadas por Sarkis». Expresó, sin embargo, que «no se piensa en absoluto en una intervención militar».

De acuerdo con el plan de mediación francés, que contaría con el respaldo de Estados Unidos, el Ejército regular libanés se interpondría entre las fuerzas sirias y cristianas, que deberían replegarse a posiciones «alejadas» mientras se inician y desarrollan las negociaciones políticas.

En una conferencia de prensa en Berlín, Assad declaró que la iniciativa francesa constituye «una propuesta bastante extraña. Es extraño -agregó- querer levantar un muro entre los soldados regulares de las legítimas fuerzas armadas de un país y unas fuerzas armadas en rebeldía».

Tras subrayar que Siria «no es parte implicada» en los combates, el presidente sirio puntualizó que «se debe llegar a una solución mediante un acuerdo entre todas las facciones en conflicto».

Assad rechazó también la oferta del presidente egipcio, Anuar el Sadat, para que se apliquen a los altos del Golán los acuerdos de paz egipcio-israelíes para Oriente Próximo.

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En las Naciones Unidas se advertía anoche un clima de extraordinaria tensión ante los acontecimientos de Beirut y sus posibles repercusiones en todo Oriente Próximo. Los combates y duelos artilleros registrados durante las últimas veinticuatro horas causaron más de quinientas víctimas, entre muertos y heridos, según fuentes cristianas. Los barrios del Este en poder de las milicias falangistas aparecen arrasados, y ayer podían verse desde Metulla, ya, en Israel, grandes nubes de humo negro procedentes de los depósitos de petróleo de la ciudad, bombardeados por los sirios. En los enfrentamientos se están utilizando tanques y cohetes, además de artillería pesada.

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