Santiago Carrillo y "Pasionaria" inauguraron la fiesta provincial del PCE
Santiago Carrillo y Dolores Ibárruri, junto a otros altos dirigentes del PCE, inauguraron ayer oficialmente la segunda fiesta del partido en la Casa de Campo, de Madrid. Todos ellos llegaron hacía las doce de la mañana al Palacio de Cristal y recorrieron los stands internacionales. En medio de los aplausos de los militantes y fuertemente protegidos por el férreo servicio del partido. El stand en el que más se entretuvo el señor Carrillo fue en el del Frente Polisario, mientras que por el de la URSS pasó apenas sin detenerse.
Una vez recorrida la parte internacional de la feria, la mayor parte de los dirigentes del partido se dedicaron a visitar los diferentes puestos provinciales y regionales instalados por toda la feria. Ya por la mañana, el recinto de la Casa de Campo estaba prácticamente abarrotado de gente.«Marcelino, macho, a ver si no repetís más pactos de ésos», le increpaba un militante del PSUC a Marcelino Camacho, quien, junto a su mujer, pretendía tomar una cerveza en el «stand de los catalanes». Una abierta sonrisa fue la respuesta de Marcelino, quien rápidamente fue solicitado para firmar autógrafos.
Todos los puestos de la fiesta ofrecían la posibilidad de saborear los platos y vinos típicos de cada provincia, comprar cerámicas y demás objetos típicos regionales. Sin embargo, las mercancías más solicitadas en todas partes eran los objetos de propaganda con los emblemas y siglas del partido.
Solamente el viernes, la recaudación ascendió a casi dos millones de pesetas. Los organizadores esperan más del triple al finalizar las fiestas.
Los dirigentes del comité provincial del PCE explicaron en una rueda de prensa que las fiestas constituyen también el primer acto de la campaña electoral del PCE de cara a las elecciones municipales. Anunciaron que en el plazo de veinte días harán públicas las candidaturas y se acabará de perfilar el programa municipal del partido.
Como base de esta campaña, en el Palacio de Cristal han montado una exposición con cuatrocientas fotografías en las que se pretende recoger la situación de los problemas madrileños, a la vez que se plantean las soluciones que el partido daría a todas esas deficiencias.
