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Assad se entrevistó ayer con el príncipe heredero saudita

El presidente de Siria, Hafez El Assad, se entrevistó ayer en Ryad con el príncipe heredero Fahel de Arabia Saudita, mientras el rey Hussein de Jordania recibía en Amman al enviado especial del presidente norteamericano, Alfred Atherton, después de haber expresado nuevamente reticencias hacia los acuerdos de Camp David.Aunque no se ha filtrado nada relativo a las conversaciones del príncipe saudita y el presidente sirio, la agencia de noticias saudita definió ayer la entrevista como muy importante y señaló que las conversaciones se habían centrado «en temas árabes y en la forma de mejorar las relaciones entre los dos países». Por su parte, el periódico Al Nadwa, de Ryad, calificó la reunión como «la mas importante, dentro del mundo árabe, tras los recientes acontecimientos».

Assad llegó la noche del martes a Ryad, procedente de Amman, donde había mantenido conversaciones con el monarca jordano. Hussein declaró en el aeropuerto, cuando acudió a despedir al presidente sirio, que «compartimos el mismo deseo de una paz justa y duradera, pero no sobre la base que se nos ha ofrecido últimamente».

Hussein, que mantuvo pues su línea reticente hacia los acuerdos de Camp David, dije también a los periodistas que «se requiere una revisión completa de la suerte de Jerusalén, de los acuerdos y de lo que sucederá en Cisjordania después del período de transición de cinco años». El monarca jordano afirmó que «no hemos escuchado nada de esto» y que las recientes declaraciones del primer ministro de Israel, Menahem Begin, «han confirmado nuestras sospechas».

Mientras tanto, el rey Jaled de Arabia Saudita recibió ayer en la casa de campo que posee en la ciudad suiza de Vesenaz al viceprimer ministro egipcio para Asuntos Presidenciales. Según parece, el ministro egipcio explicó al soberano saudita la posición de El Cairo relativa a los acuerdos firmados con Israel en Camp David.

Poco después de esta entrevista, el rey Jaled salió hacia Estados Unidos a bordo de su avión privado. En Los Angeles, el monarca saudita, que cuenta 67 años de edad, visitará a un cardiólogo.

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