Duras críticas al Gobierno y UCD en el Día del PNV
«Hubiera sido importante y necesario que hoy estuvieran aquí muchos senadores y diputados para comprender qué es lo que quieren los vascos. Esto no hay quien lo pare». Así resumía el diputado de Convergencia Democrática de Catalunya Miguel Roca i Junyent el espectáculo que ofrecían el domingo los 100.000 militantes y simpatizantes del PNV que asistieron en las campas de Olarizu (Vitoria) al segundo Alderdi Eguna (Día del partido). Una fiesta marcada por la alegría, el ambiente familiar de confraternización y la reivindicación masiva de los derechos forales históricos del pueblo vasco. Varios dirigentes nacionalistas se dirigieron a los concentrados profiriendo duras críticas contra el Gobierno y UCD.
Desde primeras horas de la mañana las campas de Olarizu ofrecían Un aspecto impresionante. Los alrededores, en un radio de varios kilómetros, aparecían inundados de autobuses procedentes de las cuatro provincias vascas y coches, que llegaron en algunos momentos, a colapsar los accesos a Vitoria.Según datos ofrecidos a media tarde por el portavoz de prensa del PNV, a mediodía los servicios de orden -2.000 personas- habían controlado en las inmediaciones de la campa la llegada de 1.080 autobuses, con 60.000 personas; 8.000 coches particulares, con 32.000 militantes -cuatro por vehículo-, y 20.000 viandantes. El total de 112.000 asistentes al acto ha sido considerado por el PNV como una «cifra realista intermedia».
A las once y media de la mañana dio comienzo el acto. En la tribuna de honor junto a la prensa, se hallaban presentes los parlamentarios catalanes Roca i Junyent, Benet, Pere Portabella, María Rubies y Heribert Barrera, que fueron repetidamente vitoreados.por el público.
Tras un desfile de juntas municipales asistentes se inició un mitin en el que intervinieron los diputados José Angel Cuerda (Alava) y Xabier Arzallus (Guipúzcoa) y el presidente del partido, Carlos Garaicoechea. El parlamentario alavés dio la bienvenida a los asistentes y a los invitados catalanes. Lamentó luego lo que calificó como «doloroso crimen perpetrado ayer tarde coptra un policía armado».
Xabier Arzallus se dirigió en un momento de su intervención a los parlamentarios catalanes: «Os han dicho que somos un partido burgués. Mirad bien las caras y las manos de los que están aquí. Es un pueblo que trabaja; un pueblo que antes que su prosperidad, antes que sus legítimos derechos, antepone la existencia de su pueblo sin el cuál no es posible el partido. Aquel que quiera guardar sus derechos, ahí tiene a UCD. Aquel que tomó sus derechos particulares dejando de un lado el espíritu de su pueblo, ahí tiene a los demás partidos.»
«Todos los partidos dicen ahora -añadió- que defienden la autonomía, el ser del pueblo vasco; lo veremos. Pero si no hubiéramos estado los nacionalistas no hubiéramos conseguido nada en defensa de los intereses vascos, nos hubiéramos tenido que conformar con mucho menos. »
Habló luego el diputado guipuzcoano de los conciertos económicos y de la restauración foral, rebatiendo los argumentos de los que lo consideran antiguallas. «Se están tergiversando las reivindicaciones vascas. Nos están echando a España encima contando mentiras, diciendo lo que no pedimos y acusándonos de exigir privilegios. No hay autonomía sin dinero por delante. »
Cerró el mitin Carlos Garaicoechea, que se refirió al tema de la restauración de los conciertos económicos como una cuestión de justicia. «Hay que amnistiar a Guipúzcoa y Vizcaya, que por un decreto de guerra se vieron privados de los poco residuos de sus derechos forales.»
«No queremos -dijo- una autonomía mendicante, sino progresiva, que se asiente en el esfuerzo laboral del pueblo vasco. Estamos oyendo voces que quieren irritar la sensibilidad de los pueblos del Estado, calificando como privilegios los conciertos económicos. Hemos dicho claramente que no queremos privilegios, que queremos una hacienda realmente autónoma, y una negociación de los términos en que hay que concretar la contribución de este pueblo a las cargas reales del Estado.»
«Querernos un compromiso de que aquí no va a haber menor presión fiscal que en el resto del Estado, para que nadie diga que somos un pueblo que distorsiona la Hacienda. Hemos repetido que nos acogeremos a las normas que el derecho comparado nos pueda ofrecer para aportar nuestros fondos de solidaridad con los pueblos del Estado. Pero no nos quieren oír.»
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