Sólo catorce revendedores detenidos
El fraudulento negocio de la reventa de entradas para el fútbol volvió a la máxima actualidad esta temporada con la visita del Barcelona a Chamartín. El sábado fueron detenidos catorce presuntos revendedores, uno de ellos argentino, mientras otro resultó con heridas de pronóstico reservado al ser atropellado por un turismo cuando intentaba huir. Pese a todo existen noticias, por ejemplo, de que se llegaron a pagar 25.000 pesetas por dos entradas de asiento que no pasaban de las 1.200 en taquilla.Si se ha detenido a catorce desaprensivos, bueno es, pero bien poco cuando cualquiera que asistió al partido pudo comprobar que en un mínimo trayecto hasta la entrada se ofrecían múltiples veces entrada y a precios que podían llegar normalmente a las 5.000 o 7.000 pesetas. Catorce detenidos es muy pobre balance, máxime cuando la policía ha manifestado que se montó un servicio especial. Quizá dicho servicio haya que reforzarlo.
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