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Fuertes medidas de seguridad en el primer juicio contra los "grapos"

En medio de fuertes medidas de seguridad -fuerzas antidisturbios en el interior y en los alrededores del Palacio de Justicia y cacheo del público asistente a la vista- se celebró ayer en Madrid, ante la Audiencia Nacional, el primer juicio en que comparecían presuntos miembros de los GRAPO (Grupos Revolucionarios Primero de Octubre), organización que surgió por primera vez en público el 1 de octubre de 1975, con el asesinato de varios policías, tras los fusilamientos habidos en septiembre del mismo año.

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Al juicio de ayer, en el que comparecieron dos presuntos miembros de los GRAPO, acusados de haber asaltado una armería en Barcelona, seguirá otro el próximo día 27, en el que los procesados son acusados de la muerte de un miembro de la Policía Armada.Los dos procesados del juicio de ayer, Angel Collazo Aralijo y Juan García Ramírez (este último llegó en silla de ruedas por estar paralítico de ambas piernas como consecuencia de haber recibido un balazo en la columna vertebral durante los hechos que se le imputan), son acusados, en concreto, por el fiscal, de un delito de terrorismo en grado de frustración y de otro de tenencia ilícita de armas, y el último de ellos, además, de dos delitos dé falsificación del documento nacional de identidad.

Por los dos primeros delitos el fiscal pide para cada uno de los procesados un total de seis años de prisión y un total de seis meses de arresto por los delitos de falsificación de documento nacional. Según el fiscal, los dos procesados participaron en el intento de asalto de la armería Izquierdo, de Barcelona, el 31 de mayo de 1977. Al oír las sirenas de la policía, uno de los asaltantes realizó disparos, hiriendo a su compañero, Juan García Ramírez. La policía recogió al herido y detuvo después a Angel Collazo Araujo.

En el interrogatorio ambos procesados negaron su participación en los hechos, así como su pertenencia a los GRAPO, aunque mostraron su apoyo a la lucha armada en favor de la liberación de los pueblos. Angel Collazo declaró que, tras su detención, había sido sometido a torturas por parte de la policía y que eso debería tenerlo en cuenta la sala. Dos testigos propuestos por el fiscal -el dueño de la armería y una cliente- no comparecieron a declarar. La defensa, a cargo de los letrados Fernando Salas y Manuel Mendoza, solicitaron la absolución de los procesados.

Al final del juicio, que duró escasamente una hora, Angel Collazo dio vivas a la ETA, a los GRAPO y a la lucha armada, siendo coreados por una parte del escaso público que asistía a la vista.

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